CULTURA | Patrimonio
El Castillo de Priego renace: seis meses de excavaciones que reescriben su historia
El castillo de Priego de Córdoba está viviendo una transformación silenciosa pero profunda, tras seis meses de intensos trabajos arqueológicos
Jueves 30 de octubre de 2025 - 16:58
Tras seis meses de intensos trabajos arqueológicos, uno de los sectores más degradados de la fortificación —el flanco noroeste— está recuperando su esplendor perdido, revelando secretos enterrados durante siglos y cambiando para siempre la imagen que tenemos de este emblemático monumento. No se trata solo de restaurar piedras: se trata de devolver la memoria a un castillo que ha sido testigo de casi mil años de historia.
Arqueología con rigor: el conocimiento antes que la pala
Como en toda intervención patrimonial seria, antes de restaurar hay que entender.
Y esa labor recae en el Servicio Municipal de Arqueología del Museo Histórico Municipal de Priego, que desde hace medio año lidera los trabajos de investigación que permiten acometer la restauración con el rigor histórico que un monumento de esta envergadura merece.
Mediante varios sondeos arqueológicos de distinto alcance y el seguimiento exhaustivo de las obras, el equipo ha logrado documentar la evolución de las murallas afectadas desde su fase fundacional andalusí —cuando Priego era una fortaleza musulmana— hasta el periodo bajomedieval cristiano, cuando el castillo se consolidó como bastión defensivo en la frontera entre reinos.
El resultado: un registro arqueológico de enorme valor que no solo clarifica cómo se construyó y transformó el castillo, sino que también aporta piezas clave para reconstruir la vida cotidiana de quienes lo habitaron.
Tesoros bajo las piedras: monedas, armaduras y arte olvidado
Entre los hallazgos más destacados de esta campaña se encuentran objetos que parecen sacados de una novela histórica, pero que son testimonios reales de un pasado vivo:
Una moneda de vellón de Enrique IV, acuñada entre 1471 y 1474, en plena convulsión política del reino de Castilla. Su aparición, asociada a estratigrafía de especial importancia, permite datar con precisión algunas de las reformas del castillo en el siglo XV.
Un fragmento de placa metálica de brigantina, una armadura bajomedieval compuesta por pequeñas láminas de metal cosidas o remachadas sobre cuero o tela. Este tipo de protección era habitual entre soldados y caballeros de la época, y su presencia confirma la función militar activa del castillo durante la Baja Edad Media.
Un fragmento de friso decorativo tallado en piedra arenisca, que evidencia que el castillo no solo era una fortaleza defensiva, sino también un espacio con elementos arquitectónicos de cierta calidad estética, probablemente vinculados a zonas nobles o de representación.
Cada pieza cuenta una historia. Cada estrato de tierra, un capítulo olvidado.
Reconstruyendo el pasado: murallas y puertas que vuelven a la vida
Pero la intervención no se queda en lo académico.Gracias a la información obtenida, se está procediendo a la reconstrucción parcial de algunos lienzos de muralla, incluida una antigua puerta de acceso que llevaba siglos desaparecida o irreconocible.
Esta recuperación está cambiando radicalmente la percepción que prieguenses y visitantes tienen del castillo. Lo que antes era un conjunto de muros fragmentados y difíciles de interpretar, ahora comienza a cobrar sentido visual e histórico, permitiendo imaginar cómo era realmente la fortificación en su época de esplendor. El castillo de Priego, poco a poco, vuelve a ser legible.
Un futuro prometedor para el patrimonio prieguense
Esta intervención no es un hecho aislado, sino la continuación de una larga trayectoria de investigaciones arqueológicas que han convertido al castillo de Priego en uno de los monumentos mejor estudiados de la provincia.
Y eso es fundamental: porque solo se puede conservar lo que se conoce. Cada campaña arqueológica aporta nuevas piezas al puzzle, y cada restauración se hace con el respeto y la precisión que un monumento de esta naturaleza exige.
El resultado es que el castillo de Priego se posiciona cada vez más como uno de los recursos patrimoniales con mayor futuro de la localidad, capaz de atraer turismo cultural, generar identidad local y convertirse en un referente de buenas prácticas en conservación del patrimonio histórico.
Conclusión: un castillo que renace con memoria
El castillo de Priego no es solo piedra y argamasa. Es memoria colectiva, identidad y símbolo de una ciudad que ha sabido cuidar su pasado para proyectarlo hacia el futuro.
Gracias al trabajo riguroso del Servicio Municipal de Arqueología y a una intervención respetuosa y bien planificada, este monumento está recuperando su esplendor, no como una reconstrucción fantasiosa, sino como un ejercicio de honestidad histórica que devuelve al castillo su verdadera dimensión.
Porque restaurar no es inventar: es escuchar lo que las piedras tienen que contar. El castillo de Priego renace. Y con él, renace también un pedazo de nuestra historia.