Casi es una obligación dar a la luz pública algunos comentarios sobre las elecciones municipales celebradas el pasado día 24 de mayo para aportar un punto de meditación que no he leído en ningún comentarista prieguense ni en portavoces de los partidos que han luchado para poner miembros de sus listas en la nueva corporación municipal que se formará dentro de unos días.
Mi tesis para debatir es que ganó el PP, pero perdió Priego. ¿Cómo es esto posible, si los partidos que gobiernan se parten el pecho para mejorar el pueblo? Veamos someramente los fundamentos.
Hemos visto al PP dando saltos de alegría y bebiendo el espumoso néctar del triunfo, pues de 8 concejales han pasado a 10, casi llegan a alcanzar la mayoría absoluta. El salto ha sido de los de medalla de oro, un 25% más. Si se piensa que la media aritmética de sus resultados anteriores es de 4.5, el último resultado sobrepasa el doble de esta cifra. En cifras absolutas han aumentado 447 votos no demasiados, pero sí significativos puesto que han estado ejerciendo el mando en esta legislatura. Pero, siempre hay un pero. No han conseguido la mayoría absoluta que les facilitaría la gobernanza de pueblo, el reparto del presupuesto sin grandes problemas y el pago de los intereses de esa deuda de elefante que han ido acumulando las corporaciones con su desgraciada gestión. Si le hacen un tripartito, —posibilidad poco probable—, le quitarían la opción de mando y convertirían sus saltos de alegría en brincos de consternación. Y si esta posibilidad es casi extraterrestre con un P.A. sumiso y colaborador que no puede ver al PSOE, sí existe en el día a día, y en el acuerdo a acuerdo, y he aquí el primer trago amargo de su victoria mayoritaria, pero no absoluta. Pero hay más, que dejamos para más tarde.
Los portavoces del PSOE han resaltado su tendencia al ascenso pues de 5 han pasado a 6 concejales. Han aumentado el 16.66 %. Si miran a este dato se pueden sentir orgullosos. Y de ser la tercera fuerza política se han convertido en la segunda. Palmas, sin alcanzar la medalla. Pero, ah, los peros. Si echamos la vista atrás vemos en la lejanía sus cinco victorias absolutas y sus gobiernos “de hacer lo que quiero” y quito y pongo lo que me da la gana y a quien quiero. La media de sus últimos resultados es 10.88 concejales. Si se alegran por su tendencia al alta, al ver este dato estadístico les debe sumir en una profunda melancolía al considerar que apenas han podido superar el 50% de su media aritmética. De las nueve legislaturas anteriores, sólo en dos han estado en la oposición, en las siete restantes han gobernado. Pero hay más que dejamos para dentro de un momento.
El Partido Andalucista ha sido el gran perdedor. Si los grupos anteriores, de principio, muestran su contento por su tendencia al alza, los andalucistas beben como aperitivo el acíbar de una amargura dolorosa, punzante y triste. De 7 concejales han bajado a 4. Han descendido un 57.14% en términos relativos. El batacazo es enorme y su derrumbe apoteósico. En este caso no podemos decir que se lo han llevado los partidos emergentes, ha sido su propio desgaste como opción política, de sus vetustos dirigentes y de su panorámica sin representación parlamentaria. Y eso que su media es 4.7. Pero, ah los peros, se pueden consolar pensando que sus cuatro concejales son una barbaridad si los comparan en el conjunto de los municipios andaluces donde esta oferta política está prácticamente desaparecida. En este punto estadístico ellos son los chicos sobresalientes.
Llanto desconsolado para Izquierda Unida que estimamos no se merece su desaparición del panorama político municipal. Han trabajado y mucho, pero, ah los peros, su opción de izquierdas ha sido asumida por otra expectativa con parecidos ideales políticos que ha irrumpido sorprendentemente en estos últimos años para acoger parte de los descontentos con los partidos políticos que ostentan el poder llenos de corruptos y malandrines. Han sido traspasados por Participa Priego, título que ha tomado Podemos en estas municipales. Y por primera vez, Ciudadanos se presenta y por primera vez no obtiene acta.
En el panorama provincial, los populares han perdido la diputación. Así que la alcaldesa de Priego, si ejerce la Alcaldía, este año no podrá ser presidenta de la Diputación por lo que muchos presupuestos y ayudas “domésticas” que durante la pasada legislatura se aposentaron en Priego, en esta legislatura no será posible obtenerlos. Tanto en la diputación provincial como en la Junta van a ejercer el mando los socialistas, y ya sabemos por la tradición y el uso que la primera máxima de gobierno y reparto de la tarta es arrimar el ascua a su sardina. Los de los otros partidos tienen acceso sólo al olor del asado. Cuando los ganadores del partido de Priego se acerquen con sus pececitos a estas dos entidades se van a encontrar que no tienen calor de las ascuas para asar su pescado. Lo trágico es que el pescado no era para ellos, sino para Priego. De aquí pues mi tesis, que han ganado el PP, pero Priego ha perdido y mucho, puesto que sus proyectos dormirán el sueño intemporal de lo no realizado. Les queda, pues cuatro años de enfrentamientos, pataleos, pago de intereses, gestión de una deuda de pecado financiero, y pactos para gestionar milagrosamente la poca capacidad de un presupuesto insuficiente.
El PP ha ganado, pero Priego ha perdido al encontrarse las puertas cerradas de la diputación y la Junta de Andalucía. Es decir, hemos perdido todos, incluso ellos que también son Priego.