Soy Francisco Aguilera Granados, ayer soñé recibir una llamada de la Sr. Alcaldesa de mi pueblo dándome cita para entregarme un supuesto informe técnico que terminaría con el tramite de una licencia que tengo solicitada hace ya casi 7 años.
Gran alegría me llevé, después de tanto tiempo estoy deseando terminar. Le dije a mi mujer, vamos a terminar con la licencia, ¿quieres venir?. Ella encantada me dijo que si, pues hecha la cámara en el bolso le dije, ¡para grabar e inmortalizar el momento!. Mi alcaldesa me entró en el salón de plenos, y me dijo -estos son mis funcionarios, ellos son los que han hecho el informe y te van a tramitar tu expediente. Yo inocente, feliz y sonriente me senté frente a ellos; al mirarles un escalofrió de terror recorriouerpo, no podía ver su cara ni reconocerlos, pregunté a la alcaldesa ¿quién son?. Son los funcionarios y los técnicos del ayuntamiento, son buena gente, me dijo, no te preocupes son de confianza. Al mirar hacia la alcaldesa ya no estaba me había dejado solo con ellos. Les dije: "no puedo veros la cara ¿quién sois? No os conozco. Uno de ellos prepotente y chulesco se puso de pie, dio un fuerte carpetazo sobre la mesa para intimidarme diciendo: “soy la mentira, el enredo, el engaño” me he apoderado de tu expediente y venido a reírme de ti, a burlarme de tu alcaldesa, a enredarla, a confundirla y equivocarla, -yo muerto de miedo le dije: eso no puede ser, la alcaldesa es inteligente y no se dejará, -si pero nosotros somos muchos y no tenemos otra cosa que hacer, mientras que ella tiene poco tiempo y muchas cosas en la cabeza, -mire a los otros funcionarios y su cara era triste y desolada estaban poseídos por la mentira. Me sentí hundido, abatido, triste y desfallecido pues casi 7 años luchando contra una banda de sinvergüenzas sin ningún control, uno se derrumba, viéndome en el suelo, acabado, perdido y sin fuerzas pude lanzarle un farol, con la luz de la verdad que empezó a brillar, La mentira se sintió herida, vi sus ojos enfermos por la luz, pues la verdad y la razón son mucho más fuertes, al verse descubierto, incapaz de sostener su argumento, huyo atemorizado como un cobarde, con el rabo entre las piernas. -No vuelvas más le dije, pues la verdad te estará aquí esperando. Y por fin me desperté “menuda pesadilla”, que tranquilidad ver que mi alcaldesa no se deja enredar por estos trileros del engaño y la mentira.