Sinónimo de experiencia, ecuanimidad y madurez; antónimos de impericia, parcialidad y bisoñez.
Nuestra sociedad ha evolucionado tan negativamente, como el uso que solemos hacer de las maravillosas nuevas tecnologías, que hemos incorporado de forma perniciosa más que beneficiosa, a nuestros hábitos nocturnos y diurnos, de trabajo y de asueto, personales y colectivos, instructivos y destructivos. ¿Cuánto tiempo y cuánta productividad se pierden por el mal uso y abuso de las redes sociales?
Necesario sería que la juventud pensara en la urgencia ineludible de aprender a equivocarse sin llegar a viejo; insinuaciones, consejos, apelaciones, súplicas, no son suficientes para que los jóvenes aprendan de los errores propios y ajenos, porque ellos tienen que equivocarse, tropezar varias veces, para al final seguir en sus trece de creer saber casi todo.
Evidentemente, no es así; nace, crece, camina, aprende, escucha y no seas tan sabiondo y pienses que los demás están equivocados. No tengas prisa: ambición, poder, dinero, prepotencia, altivez, desprecio, ocultación, disfraz, inestabilidad, imprudencia, subjetividad, desorden, desmesura, propaganda, seducción, inocencia, atemporalidad, diversión, chalanería, simplismo, displicencia, arrogancia, ceguera y sordera, son prerrogativas de muchos jóvenes incautos y muy listillos, si se trata del bien propio y no del bien común.
Apremia ser maestro, experto, prior, jefe, presidente, pero no te precipites; anda los pasos, no pretendas ser papa antes que diácono, director antes que empleado, ministro antes que militante. Tiempo al tiempo, paso a paso.
Los ciudadanos han sido un clamor con su decisión de relegar al PSOE a unos exiguos y penosos noventa diputados. ¿Y aún estás contento? ¿Te consideras alternativa de gobierno con todo el plantel de “podemitas e independentistas” dispuestos a liquidarte?
Los errores y corruptelas de tu partido y del PP os han pasado factura. Sois culpables de nuestra indignación, que os ha sancionado por dar la espalda, por no querer saber nada y no tomar medidas contra quienes nos han traicionado. Los nuevos partidos se han aprovechado y comenzaron por lamer vuestra inconsistencia, mordisquear vuestra suficiencia, y si os descuidáis os van a deglutir y fagocitar.
Pensad de una vez en lo que os hemos dicho los ciudadanos, dejad de pensar en vosotros; la estabilidad, el progreso y la unidad os llevaran a ser recordados por la historia. Acucian soluciones de estadistas que no busquen su interés sino el bien común. La actitud del debate a dos, instigado por tus adláteres, dio clara sensación de ambición, excitación, furia y provocación. ¡Qué valor, acusar a los demás de corruptos teniendo por qué callar!
Es momento de cambiar de “talante”, de demostrar sentido patriótico, de pactos, de regeneración política, de propugnar la unión y no la división. No se puede hablar, como hacen algunos, de una nueva transición a la democracia; la de los años setenta fue modélica, la hicieron políticos dignos, sin embargo, la que proponen “Podemos” y sus marcas, nos conducirán al caos, a una dictadura comunista, venezolana, cubana, soviética o coreana. Aquellos políticos prudentes decidieron ceder, acordar para enterrar lo que otros quieren desenterrar con la ley de memoria histórica, arbitraria e injusta si se aplica como se pretende. Olvidemos aquel desastre de hace ochenta años que casi nadie conocimos, y poneos manos a la obra para que una fuerte coalición contente y beneficie a la mayoría.
Señor Sánchez, no haga más daño al PSOE y a España. Es el momento del diálogo, no de la imposición; de la congruencia, no de la incoherencia; de la humildad, no de la feroz altivez; de la tolerancia, no de la intransigencia; de la integración, no del aislamiento; de la distensión, no de la convulsión y la virulencia; de la modestia, no de la soberbia y la jactancia.
Responsabilidad, entendimiento, compromiso, generosidad y concordia, son principios y valores insoslayables para conseguir la estabilidad, la convivencia y la unidad que demanda la mayoría de los ciudadanos españoles.