La falta de oportunidades laborales y una pirámide de población regresiva son las principales causas según se recoge en el documento de la Agenda Urbana de Priego 2030.
Rafael Cobo Calmaestra
Martes 10 de enero de 2023 - 11:34

La sangría demográfica sigue cebándose con Priego, que ha perdido la friolera de 1.471 habitantes en los últimos trece años.

La última revisión del padrón hecha pública por el Instituto Nacional de Estadística, en la que se recogen los datos del primer semestre de 2022, vuelve a poner en evidencia una situación que se viene produciendo de manera ininterrumpida desde 2010, año en el que Priego alcanzó los 23.563 habitantes, una de las cifras más altas dentro de las series históricas de población en la localidad de la Subbética, que rozó en la primera mitad del pasado siglo los 28.000 habitantes, convirtiéndose en la segunda localidad más poblada de la provincia, únicamente superada por la capital. 


Así, a tenor de los últimos datos recogidos en la revisión del padrón publicada por el INE, Priego cuenta en estos momentos con 22.092 habitantes, 159 menos que el pasado año, cuando se alcanzaron los 22.251 habitantes inscritos en el padrón. Este fue uno de los descensos de población más acusados de la última década junto al que se registró en 2019, cuando en un año se perdieron 177 habitantes.


Pero, ¿dónde están las causas de este comportamiento demográfico?. El documento de la Agenda Urbana de Priego 2030 parece dar algo de luz al asunto, ya que plantea una serie de motivos catalogando esta constante pérdida de población como «preocupante», dadas las características del municipio, con numerosas aldeas, pedanías y diseminados (27 en total), donde reside casi el 17% de la población censada.


En concreto, entre las causas de este estancamiento y «preocupante» retroceso se encuentran «la falta de oportunidades laborales y una pirámide de población regresiva», siendo la natalidad baja, al igual que en resto de España, mientras que la esperanza de vida es alta debido a la mejora de las condiciones de vida.


En lo que respecta a la pirámide de población de Priego, el documento de la Agenda Urbana 2030 señala que es de tipo «urna o barril», con una base cada vez más estrecha y un centro con forma convexa, un tipo característico de poblaciones desarrolladas con tendencia a un envejecimiento progresivo, lo que representa una disminución de las nuevas generaciones y un tronco a lo largo de la pirámide donde destacan dos disminuciones de población, uno a partir de las personas que tienen 45-49 años y otra a partir de 65 años en adelante, debido al descenso de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida (80 años en las mujeres y 75 años en los hombres).


En cuanto al futuro poblacional de Priego, el envejecimiento de sus habitantes, de manera especial los residentes en las aldeas y diseminados, hace que disminuya la población activa, es decir, hay menos personas que pagan impuestos y más personas que hay que mantener con esos impuestos (niños y ancianos). La situación es especialmente «preocupante» en Priego, cuya edad media de la población es de 42,9 años (41,5 para los hombres y 44,2 para las mujeres, según los datos correspondientes a 2021), presentando por tanto una población más envejecida que la media andaluza, que se sitúa en los 39,9 años.


Por último, otra de las debilidades señaladas en el análisis DAFO que recoge el documento de la Agenda Urbana 2030 es que Priego recibe muy poca inmigración extranjera y pocos habitantes de otros lugares fuera del término municipal, situación que en otras localidades está incrementando su censo poblacional e incrementando de manera progresiva el número de residentes y reduciendo de manera notable la media de edad de sus habitantes. 

Un partido judicial en recesión
En lo que respecta al resto de localidades que conforman el partido judicial, la situación descrita para Priego es similar a la que se vive en Almedinilla, Carcabuey y Fuente Tójar.


En el caso del municipio tojeño, la última revisión del padrón hecha pública por el INE, en la que se recogen los datos del primer semestre de 2022, constata la pérdida de 7 habitantes con respecto a los datos del último año, situándose la población actualmente en 663 habitantes frente a los 676 de 2021. 


En el caso de Carcabuey, también se han perdido 7 habitantes en el último año, pasando de los 2.374 contabilizados en 2021 a los 2.367 actuales, mientras que en Almedinilla, se han pasado de los 2.352 habitantes de 2021 a los 2.350 habitantes de la última revisión, dos menos en un año.


En relación a los datos registrados desde 2010, hay que señalar que la localidad que porcentualmente más población ha perdido desde esa fecha es Fuente Tójar, que de los 772 habitantes con los que contaba en 2010 ha pasado a los 663 actuales (-109), lo que se traduce en una pérdida de población del 14,11%.


En el caso de Carcabuey, han sido 318 los habitantes que se han perdido desde 2010, lo que supone un retroceso demográfico del 11,84%, mientras que en Almedinilla la sangría ha sido menor, ya que desde 2010 se han perdido 172 habitantes, lo que supone un descenso del 6,81%.


En las tres localidades, la baja natalidad, la falta de oportunidades laborales y una población en progresivo envejecimiento son las razones que explican esta constante pérdida de residentes y la situación regresiva de sus pirámides poblacionales.

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