Rafael Fernández López
Viernes 4 de marzo de 2011 - 21:46
generica

Hace muy poco tiempo Adarve publicó la situación en que se encuentra una parte del paseo del Adarve, en concreto uno de los cenadores del mismo, que presenta trazas eminentes de un posible derrumbamiento, hace 80 y 85 años respectivamente se produjeron dos grandes derrumbamientos, los cuales dejaron su impronta en el tajo, ya que estos reparos desdicen del tosco en el que fue excavado.

Las circunstancias económicas en los años en que se produjeron dichos derrumbamientos del 1926 y 1931 eran similares a las existentes hoy en día, una grave crisis económica y la falta de trabajo que hicieron que tanto los gobiernos de la dictadura de Primo de Rivera como de la II República elaboraran sendos programas para mitigar ésta, no dando subvenciones a parados, sino dando trabajo mediante la elaboración de obras públicas, siendo más significativo el fuerte descenso del paro llevado a cabo bajo la dictadura de Primo de Rivera.
En cuanto en parte las circunstancias políticas son similares, no en la forma del gobierno, sino en la sintonía de los alcaldes de Priego con los del gobierno de la Nación, aunque ahora sea con el de la Nación, y de la Junta de Andalucía, esta sintonía se transformó en ayuda e inversión, tanto durante la Dictadura como de la República, hoy en cambio con una democracia plena y teniendo una Junta de Andalucía con sede casi a tiro de piedra, y con gobernantes durante más de 30 años del mismo partido esta sintonía no ha existido o ha sido nula, o tal vez los alcaldes de turno no han sabido exponer sus peticiones adecuadamente, o lo peor que han velado por sus propios intereses y los de su partido olvidándose de los intereses de aquellos que representan, o sea los de Priego.
Esto se deduce del contenido de la instancia que en su día el alcalde Francisco Adame dirigió a varios Ministerios, solicitando la ayuda correspondiente por el derrumbe de parte del Adarve, después de exponer los hechos y la situación de las arcas municipales y los motivos, por los cuales estas estaban vacías, astutamente mencionaba el otro derrumbe del Adarve, el del 1926, año en el que en Priego gobernaban los valverdistas, cuya sintonía con Calvo Sotelo era manifiesta, la cual se puso de manifiesto no solo con los homenajes que a éste se le tributaron, sino en una fuerte inversión en las obras públicas de la población, como fueron adoquinados, empedrados red de agua potable y saneamiento, mejoras que la población anhelaba las cuales elevaron el nivel de vida de los vecinos y redujeron considerablemente el paro, bien es verdad que durante la República ser Alcalde de Priego, era una garantía de ser oído y tenido en cuenta, de tal manera que a Paco Adame le contestaron aconsejándole la manera de cómo el Gobierno de la Nación se podía hacer cargo del mantenimiento del Adarve, cosa que creo que no se ha llevado a hecho hasta la fecha, la cual de llevarse a cabo sería un beneficio para las arcas municipales.
Debieron de ser los años de 1926 y 1931 muy lluviosos, ya que las filtraciones de las aguas, junto a la antigüedad del Adarve, hicieron que éste se desmoronara en parte, así lo exponía Paco Adame, al Ministro de Hacienda y al de Instrucción y Obras Publicas el 4-12-1931, según la documentación del Archivo General de la Administración, legajo (3)000 65/00210, expediente 71488/28 
“…por si en nombre de la corporación municipal que presido, respondiendo todos al unánime sentir de todas las clases sociales de esta ciudad y su término, acudo a VE. con todo respeto y expongo: Que confirmando mí anterior telegrama, ruego a VE. que, en la medida que sea dable a ese Departamento Ministerial de su digno cargo, se sirva disponer la rápida remesa de fondos para reparar el derrumbamiento del Adarve Moro de esta Ciudad, acaecido con motivo de estas lluvias torrenciales.
El Adarve indicado, aparte de su valor histórico, que lo tiene en realidad, según pareceres de gran autoridad, viene a constituir una defensa mural a favor de las edificaciones que se levantan en la meseta que da al río Salado y la ruina de tales muros y barandal que la circunda en una extensión de 500 m. supone la demolición de los edificios de una parte muy importante del pueblo. De ahí la necesidad de proceder rápidamente a reedificar la porción del Adarve recientemente destruida, cuyo importe según datos de orden pericial suministrados, supera a 50.000 Pts. Que precisa aporte mediante el auxilio de los poderes públicos, puesto que la Caja Municipal se haya completamente exhausta merced a las atenciones prodigadas, por necesidad imperiosa a los obreros victimas de la actual crisis de trabajo.
Ya en 1926, los elementos dictatoriales provistos de valedores eficaces lograron auxilios para una reparación de otro derrumbamiento quedando aquel sitio perfectamente garantizado con la reconstrucción, se hace esta sita para aquietar nuestro Espíritu con la seguridad de que instaurada la República no ha de ser Priego de inferior trato.
Suplico a VE. que habiendo por presentada esta instancia que también dirijo a otros compañeros de Gobierno, se digne admitirla y acceder a nuestro pedimento. así lo esperamos agradecidos de la bondad de VE. a quien deseamos larga vida para bien de la República y de la Patria.”
Con fecha 4-12-1931 el Ministerio de Instrucción Pública por medio de la Dirección General de Bellas Artes, contestaba al Alcalde: “Esta Dirección General se ve por el momento en la imposibilidad de atender dicha petición, por estar agotados todos los créditos que afectan a obras de reparación, y en otros aspectos por no ser el citado Adarve Monumento Histórico Artístico, único caso en que podría la Dirección General de Bellas Artes ordenar la mencionada obra, pero la propio tiempo se complace en sugerirle que puede dirigirse a la Comisión Permanente de Monumentos para que ésta, si estima que el repetido Adarve Moro merece figurar entre los monumentos adcristos al Tesoro Artístico de la Nación, incoe el oportuno expediente, que al tener una resolución favorable pondría al Adarve bajo la protección y consecutiva obligación del Estado.”
La petición de Francisco Adame fue atendida, posiblemente desde el Ministerio de Instrucción Pública, y aunque la cifra hoy nos puede parecer risorio, estonces era astronómica, si tenemos en cuenta que un jornalero no cobraba al equivalente hoy de dos céntimos.

 

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