Aunque el primer mes del año empieza con vacaciones y cabalgatas de reyes tirando caramelos a diestro y siniestro, se abren las rebajas de par en par y termina con cuesta para algunos, porque para un gran número de ciudadanos ya ni la suben, el mes de enero nos ha traído asuntos muy interesantes, como polémicas políticas entre Ayuntamiento y empresas de contratación de servicios, plataformas reivindicativas y aprobación de presupuestos.

Nuestra junta sevillana a semanas de las elecciones le da por aprobar un Plan de Ordenación del Territorio Sur de Córdoba y publicar un decreto con el que se pretende regularizar de 200.000 a 300.000 viviendas que de forma irregular se han levantado en Andalucía en los últimos años. ¡Toma del bote!
Empezando por lo más leve, recordamos el artículo que publicó en los medios digitales el presidente de la agrupación del PP de Priego, haciendo elevadas alabanzas a los miembros de su equipo y como no, criticando a socialistas y miembro de Izquierda Unida. Por nuestra parte escribimos un artículo de contestación titulado ¡Qué lindo soy! ¡Qué tipo tengo!, que tenemos incluido en esta serie pero que no llegamos a publicar. Sí le contestó Inés Navas Molina del GIPA (Grupo Independiente de Priego y Aldeas), líder que no consiguió acta en las últimas elecciones municipales. Para nuestro gusto, aparte de las faltas de ortografía que no se las tenemos en cuenta, le falta un poco de madurez expositiva, pero desde luego sobresale por su valentía y sinceridad.
Hemos estado interesados en la polémica entre la empresa de limpieza de los Hermanos Díaz y el Consistorio, representado por el concejal de Hacienda. Declaraciones, contradeclaraciones, insultos, ruptura del contrato y finalmente demanda de un acto de conciliación y querella a la vista. La empresa era de la familia del ex alcalde socialista Tomás Delgado Toro y por lo tanto presa roja a derribar como así ha sucedido.
Como no se ponían de acuerdo a la hora de las reivindicaciones, con buen criterio de principio pensamos, nuestros políticos han creado una plataforma permanente para luchar por nuestras demandas históricas que englobe a todos los partidos y a los municipios del término municipal. Por intentarlo que no quede. Ya han surgido otras sin matiz político que han ido desapareciendo cuando cada partido ha actuado individualmente pensando solamente en su propia promoción.
Se aprobó el primer presupuesto de esta legislatura con el apoyo de PP, PA e IU y la abstención del PSOE. Así que ningún grupo votó en contra. Desde hace años, esto ha sucedido pocas veces. Se destaca una rebaja de un 19 % respecto al anterior, intentando no aumentar el déficit existente y ajuntando las partidas al milímetro para no se produzcan importantes desequilibrios. Para conseguirlo han depurado bien las partidas de personal e inversiones. Esperamos que lo consigan. No hemos leído nada sobre un plan para amortizar la deuda existente.
Nuestra Junta, la que tenemos en Andalucía, en vista de la cercanía con las elecciones, también está moviendo las fichas que tiene a mano como son las de los planes y los decretos. Por una parte ha aprobado el llamado Plan de Ordenación del Territorio Sur de Córdoba donde nos dejan sin autopista, y nos prometen lo ya realizado como la travesía de El Cañuelo, o la extraterrestre de Las Angosturas, la que está acumulando más leyenda que tiene el paso famoso de las Termópilas. A esto han sumado un decreto con el que se van a regularizar, según algunas condiciones, entre 200.000 y 300.000 viviendas que se han construido de una forma irregular durante estas últimas décadas. Un arma de dos filos, pues están enviando el mensaje de que con el tiempo las ilegalidades se hacen legales. Por otra parte, se ingresarán en las arcas públicas importantes sumas por impuestos que hasta ahora no se cobran. En Priego, todavía está por ver cómo afectará este asunto a muchas construcciones de la Vega y Genilla donde sin permiso han crecido casas como los hongos en temporadas húmedas. Todo esto sucedía mientras nuestros políticos miraban a las estrellas a ver si encontraban en la oscuridad de la noche algún meteorito deslumbrante para tener que contar algo cuando se reunían para no hablar nunca del desmadre inmobiliario que crecía sin permiso delante de sus ojos y que se veían impotentes de contener o permitían queriendo. Que si los actores tienen culpa, los que permiten la obra también mojan sopa en las ilegalidades.
País de pícaros, ¿quién nos meterá por la vereda de la honestidad?