La menor afluencia de fieles no evita el deseo de revitalizar una fiesta que conocida a nivel internacional, se viene desarrollando desde 1969 gracias al tesón de José Córdoba Reyes
José Moreno
Miércoles 20 de junio de 2012 - 10:58

Con un recuerdo permanente a José Córdoba Reyes, fundador y "alma mater" de la Romería Nacional de Gitanos, el gran ausente de la jornada por cuestiones de salud, el santuario de María Santísima de la Sierra de Cabra, vivió hoy su 44 edición congregando una vez más a gitanos y a payos.

En esta ocasión y con la ausencia del Instituto de Cultura Gitana, fue organizada sólo por la Pastoral Gitana de Córdoba como atestiguaban sus representantes Pepe Vacas y Enrique Heredia, señalando que a pesar de seguirse apelando al espíritu de unión entre ambos pueblos en esta fiesta declarada de interés turístico andaluz en 1999, la afluencia de fieles y devotos es menor, tanto por el poco apego que en general existe hacia la propia religiosidad indicaban, como a la conversión que en un porcentaje muy considerable de gitanos se ha dado en los últimos años a distintas confesiones evangélicas y pentecostales.
Algo que corroboraba con su presencia por vez primera en esta romería la religiosa gitana Belén Carreras, directora de la Pastoral Gitana de la Conferencia Episcopal Española, quién manifestaba la necesidad de un cambio con los que cada año acuden a esta cita, para "reavivar su fidelidad a la Virgen de la Sierra".
Apenas en esta ocasión algo más de 300 personas, en su mayoría no gitanas, procedentes de distintos puntos de la geografía provincial, destacando la presencia de la Hermandad gitana del Beato Ceferino Jiménez Malla de Palma del Río con su hermana mayor al frente Paca Torres y de la Hermandad de la Virgen del Carmen de la localidad granadina de Almuñécar.
Todo un referente la romería egabrense de la "Majarí Calí" para Paca Torres, que tras subrayar "la catolicidad del pueblo gitano, en un momento en el que éste tiene que pensar en que situación se encuentra para no quedarnos anclados en el tiempo, tenemos que reivindicar al mismo tiempo todo lo que conlleva la mujer gitana".
Tras la misa, oficiada por Francisco Orozco, vicario general de la diócesis de Córdoba, los asistentes, entre los que se encontraba el alcalde egabrense Fernando Priego (PP) junto a distintos miembros de su equipo de gobierno, tuvo lugar la procesión de la imagen de la Virgen de la Sierra por la explanada de su santuario.
La talla, portada a hombros por sus costaleros, lo hizo en una fiesta alegre donde no faltaron los gritos de exaltación, bailes, cantes y el lanzamiento de peladillas al aire. En esta ocasión, la ausencia del patriarca José Córdoba, también se notó en la ausencia de camisas rasgadas.


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