Hasta finales de agosto, la entidad había atendido a cerca de 700 personas en este tipo de campamentos, entre los que se encuentran Lucena y Priego de Córdoba
Redacción
Lunes 17 de septiembre de 2012 - 22:13

La intervención que Cruz Roja Española realiza desde hace años en los asentamientos de inmigrantes se ha ampliado y diversificado en los últimos meses con la incorporación de cuestiones relacionadas con el medio ambiente, la prevención sanitaria y los hábitos ocupaciones y educativos.

Así, además del reparto de lotes de emergencia y la atención social y mediación intercultural que ya se venía llevando a cabo, el voluntariado de la entidad incluye ahora en sus visitas consejos sanitarios y medioambioentales, al tiempo que trata de incorporar a los menores en las actividades educativas y de ocio de Cruz Roja Juventud.

Hasta finales de agosto, la institución había prestado apoyo social a 689 personas en distintos asentamientos de inmigrantes de la provincia, repartidos por localidades como Córdoba. Puente Genil, Lucena, Rute, Santaella, Fernán Núñez y Priego de Córdoba.

En el marco de este proyecto -financiado por los Ministerios de Empleo y Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y por la Consejería de Salud y Bienestar Social-, Cruz Roja ofrece una atención socio-sanitaria a los inmigrantes y favorece su acercamiento a los recursos sociales normalizados; de hecho, en muchas ocasiones se les acompaña y se les asesora para la tramitación de documentos tales como el pasaporte, el NIE o la tarjeta sanitaria, así como para la inscripción en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE). 

En este sentido, hay que destacar la colaboración entablada entre la institución humanitaria y los centros de salud de la ciudad, por la que profesionales de algunos de ellos han realizado breves talleres de prevención y educación para la salud aprovechando la presencia en el asentamiento de Cruz Roja.

De igual modo, en las visitas la entidad les reparte material de ayuda humanitaria, entre el que se incluyen toldos, sacos de dormir, kits de higiene familiar e individual, productos materno-infantiles, bolsas de basura o garrafas de agua.

Asimismo, el personal de la organización distribuye, en sus visitas a estos campamentos, diversos alimentos no perecederos, como puede ser pasta o harina.

E igualmente, el voluntariado trata de informar y ofrecer pautas a los inmigrantes para el control del saneamiento e impacto ambiental de sus asentamientos, con recomendaciones sobre el consumo de agua potable, el almacenamiento de residuos o la realización de hogueras.

Toda esta labor se realiza en coordinación siempre con los organismos públicos competentes. Es el caso, por ejemplo, de la Unidad de Calle del Ayuntamiento de Córdoba, que cuenta con un dispositivo de prevención de la mendicidad infantil y trabaja directamente en los asentamientos con presencia de menores.

Mayoritariamente, los asentamientos de la provincia están integrados por población rumana, y prueba de ello es que el 82 por ciento de las personas atendidas por Cruz Roja en los primeros meses del año eran de esta nacionalidad, mientras que el 14 por ciento restante comprende a inmigrantes de origen marroquí, argelino, búlgaro o de otros países diversos.

Por sexos, son mayoría los hombres (430 frente a 259 mujeres), mientras que en la distribución por edades destaca que una cuarta parte de las personas a las que se prestó apoyo era menor de 18 años. 

Este trabajo en los asentamientos es sólo uno de los diversos proyectos que desarrolla la entidad dentro de su programa de atención a inmigrantes, cuyo objetivo general es hacer frente a las causas generadoras de vulnerabilidad en la población extranjera, al tiempo que se le proporciona toda la ayuda necesaria para llevar una vida digna y lograr su plena integración en la sociedad de acogida.

Entre otros servicios y recursos, Cruz Roja cuenta en la provincia con un centro de migraciones en Puente Genil; otro de primera acogida y albergue para temporeros inmigrantes en Baena; sendos centros de encuentro y estancia diurna en Palma del Río y Rute; oficinas de atención social en una decena de municipios; ayudas para facilitar la reagrupación familiar y el retorno voluntario; y pone en marcha diversas actividades de formación y sensibilización. 

 

 

 

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