Como viene siendo habitual cada 12 de octubre, los agentes de la Guardia Civil que prestan sus servicios en nuestra localidad, celebraban con diversos actos la onomástica de su patrona, la Virgen del Pilar.
Conmemoración que este año presentaba una serie cambios con respecto a ediciones precedentes, siendo el más significativo de ellos de ellos la supresión de la copa de vino con la que se cerraban en años anteriores los actos oficiales, motivado por las circunstancias económicas adversas que atraviesa nuestro país y la situación que están atravesando numerosas familias.
Así lo apuntó en su alocución el Teniente jefe del puesto principal de Priego, Francisco Javier Alcalá, en el transcurso del acto institucional que en esta ocasión tuvo como escenario las Carnicerías Reales, marco en el que se congregó un elevado número de público junto a familiares, agentes, amigos y autoridades entre las que se encontraban los primeros ediles de Almedinilla y Priego, Antonio Cano y María Luisa Ceballos, respectivamente, así como integrantes de las Corporaciones de ambas localidades.
En el transcurso de dicho acto institucional y junto a las intervenciones del Teniente jefe, y de los alcaldes de Almedinilla y Priego, se procedió a la entrega de distintos reconocimientos y distinciones, el primero de ellos la Cruz a la Constancia en el Servicio, en la modalidad de oro, al guardia Pedro Luque Bermúdez, distinción con la que la sociedad reconoce la ejemplar trayectoria profesional e intachable conducta en sus 35 años de servicio.
Igualmente y como reconocimiento a la fortaleza y valentía de las mujeres vinculadas al Cuerpo, se procedía a la entrega de una distinción a Rosario Granados Altés, viuda y madre de Guardias Civiles, entregándose también un pergamino de reconocimiento a su colaboración con los agentes de la Benemérita de la comarca a Francisco Povedano Carrero, jefe de los servicios técnicos y mantenimiento de la consejería de Fomento y Vivienda de la Junta.
Tras el acto institucional, la parroquia de la Asunción acogía una solemne Eucaristía, presidida por la imagen de la Virgen del Pilar. Ceremonia en la que se contó con una nutrida representación de todos los colectivos sociales y estamentos de nuestra localidad y en la que, en su parte final, se realizó una ofrenda floral a los caídos y una ofrenda de alimentos a la Virgen del Pilar, que serán destinados a Cáritas.