A lo largo de nuestra extensa historia todo intento de los andaluces por simplemente ejercer como tales, por sentir y vivir conforme a unos principios universales exportados durante siglos como cultura de convivencia, han intentado ser eliminados por aquellos que, bajo una falsa concepción de pseudo despotismo ilustrado nos han querido poner un escalón más abajo.

No faltan intereses económicos, políticos y de otra naturaleza en este intento de abortar las ideas regeneracionistas y liberadoras que laten en nuestra tierra. No faltan conductas antisociales y poco democráticas que impiden por todos los medios el triunfo del compromiso por nuestra tierra, demasiadas veces sumida en la miseria y sometida a dictados de poderes económicos ajenos, los verdaderos terratenientes de nuestro siglo.
Intentar “vendernos” falsa libertad “enlatada” desde fuera es, como decía el poeta gaditano, “vender miel al colmenero”. El sentir andaluz es libre en sí y por sí mismo. El poder ejercitar este sentir esta nuestra forma de ver, entender y amar la vida, es “harina de otro costal”.
La alianza entre las estructuras de grandes partidos y medios de poder con los nuevos terratenientes, la casi servidumbre que los grandes sistemas políticos profesan al nuevo “reinado” constituido desde los intereses económico-financieros ajenos a nuestra tierra, ponen de manifiesto la triste realidad; un sistema en el cual unos pocos, vacios de ANDALUCISMO, afirman falsamente luchar por nuestra tierra cuando la realidad es que  realmente siguen el camino marcado desde más allá de Despeñaperros.
Nos empobrecen e intentan esclavizar económicamente. Son poderes de un sistema que ni puede, ni quiere, ni va a permitir la libre expresión del sentir andaluz, y que intentan inculcarnos visiones erróneas de quién somos y a dónde vamos.
Los andaluces somos conscientes de nuestro sentir y hemos de sentirnos orgullosos de nuestra tradición, cultura, forma de entender la vida, … y por ello hemos de tomar como principio la defensa de lo nuestro, de lo ANDALUZ. Poner en valor este sentimiento de forma práctica y encauzar nuestros arduos esfuerzos a través de quienes realmente no tienen intereses más allá de nuestra tierra, es acabar con representantes de intereses ajenos a los andaluces que manejan los poderes y recursos de nuestra tierra. Ese es el primer y obligado paso que hemos de dar. No debemos sostener sistemas que nos agreden como pueblo y cuyos intereses nos empobrecen.
No es Priego una excepción. Seguimos sufriendo las políticas y decisiones marcadas por poderes político-económico-financieros cuyos intereses residen muy lejos de nuestro pueblo y de los intereses de los ciudadanos. Seguimos aceptando resignadamente los yugos económicos que nos intentan justificar como realidades inexorables e incluso como “mejoras” para la sociedad. Día a día vemos como nuestros jóvenes, nuestro futuro, emigran a tierras lejanas para ganarse la vida, dejando en ellas ese valor añadido que produce la generación mejor preparada de nuestra historia.
Pero todo sigue igual. Nada ni nadie se mueve. Con la excusa de una “falsa crisis” y del “tú más” nos tienen condenados a un subdesarrollo eterno. Basta moverse por poblaciones que no hace mucho eran menores y que ahora tienen unas infraestructuras que a la vez que envidiamos, no entendemos porqué Priego no las tiene. Hospitales, carreteras, ciclos de educación y ayuda y cuidado a nuestros mayores, son ejemplos del trato desigual que sufrimos. Pero lo peor de todo es que mi pueblo sigue dormido y creo que no entiende que el que no pide, el que no se mueve y el que no reivindica está condenado a la pobreza.
No. No caben excusas. Solo la defensa de los nuestro desde la ciudadanía nos puede hacer verdaderamente libres. Solo la puesta en valor de nuestro sentir andaluz nos hará ciudadanos de primera. Y esto se consigue apoyándonos unos en otros y dotándonos como sociedad de unos representantes dignos que solo tengan como objetivo la defensa de los intereses de nuestra tierra.
No podemos ni debemos permitir que se nos impongan condiciones diferentes y tendenciosas desde intereses supuestamente “nacionales” y contrarios a los nuestros como ha pasado reiteradamente a lo largo de nuestra historia. No vamos a dejar que se repitan hechos como que para acceder a nuestra autonomía que ahora algunos tanto defienden, se nos impusiera una consulta-votación en condiciones diferentes a la del resto, con necesidad de obtener mayoría absoluta en cada provincia sobre el censo y no sobre el voto válido como es normal, para ahogar la reclamación de dignidad de este nuestro pueblo el 28 de febrero de 1980, recién estrenada la democracia.
No debemos dejarnos engañar por modelos que son sólo producto del marketing y de la venta de ideas precocinadas por intereses extraños y ajenos a nuestra propia naturaleza. Sólo la opción de la defensa de lo común desde nuestro sentir andaluz, sólo nuestra unión como sociedad en la búsqueda de nuestros objetivos, puede ponernos como Prieguenses y Andaluces en el camino del progreso y bienestar social que otros “venden” pero en realidad nos quieren negar.
Nuestra tierra, nuestra sangre, nuestra lucha, nuestra agua….., nuestra forma de vivir y entender la vida dependen de nuestras decisiones como andaluces y no debemos ni podemos permitir que otros decidan por nosotros. DEFENDAMOS LO NUESTRO.
Por todo ello, los andalucistas, al terminar nuestras reuniones gritamos:
¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!
Feliz 28 de febrero.