Los gobiernos ejercen violencia contra las mujeres cuando con sus políticas fomentan la feminización de la pobreza y las situaciones de extrema precariedad laboral, sufriendo la sobreexplotación en condiciones infrahumanas y cada vez más desprotegidas de los abusos empresariales.
Por un lado con la aplicación de las políticas de recortes y el desmantelamiento del estado del bienestar se ha destruido y precarizado empleo público. Un sector ocupado mayoritariamente por mujeres.
Y por otro lado, las reformas laborales del gobierno del PSOE primero y del PP después, han presionado constantemente para que se rebajen los salarios y las condiciones de trabajo, ocasionando que la desigualdad salarial entre mujeres y hombres se vaya incrementando progresivamente.
Las mujeres que somos el 53% de la población activa tenemos 1.529.000 empleos menos que los hombres. Ocupamos el 73% de los contratos a tiempo parcial. Nuestro salario supone el 77,5% del salario de los hombres y sigue aumentando la diferencia. Somos el 68% de la población asalariada con ingresos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional. Los sectores de actividad donde ganamos menos y hay mayor brecha salarial, son generalmente sectores feminizados y los convenios colectivos nos siguen discriminando.
En consecuencia, la situación de vulnerabilidad de las mujeres se agrava y aumenta el acoso laboral, el tráfico de mujeres y la prostitución. Aumenta la dependencia de las mujeres y disminuyen los divorcios y las denuncias por maltrato, mientras que son asesinadas más mujeres víctimas de violencia machista.
Desde El PCE este 25 de Noviembre respondemos en las calles y llamamos a romper la paz social, por que se explota doblemente a las mujeres, se las empobrece y maltrata en beneficio del sistema capitalista y patriarcal.
El PCE llama a la movilización por un trabajo digno para dignificar la vida de las mujeres, con la aplicación de medidas que lo garanticen, la creación de empleo público, de mayor calidad y menor temporalidad, donde más se respetan los principios de igualdad salarial, aplicación de convenios y mejoras para la conciliación de la vida familiar y laboral. Y más recursos en igualdad, prevención y atención de la violencia de género.
#Violencia es brecha salarial# #Violencia es prostitución#
#Violencia es acoso laboral# #Violencia es feminización de la pobreza#
“La lucha contra la violencia machista sigue siendo la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres".
La valoración del trágico balance a lo largo de este año, marcado por el alarmante aumento, de agresiones sexuales, vejaciones verbales y asesinatos de mujeres en todo el Estado, y la nula reacción de los poderes públicos así como la aquiescencia de una parte importante de la Sociedad, corroboran que las relaciones entre hombres y mujeres se siguen construyendo sobre bases patriarcales que continúan apuntalando la desigualdad y la discriminación machista.
Es en este contexto de desigualdad y discriminación patriarcal donde se enmarcan todo tipo de agresiones contra las mujeres. Sólo una sociedad fundamentada y asentada en la igualdad real, impediría que la crisis económica pudiera servir de pretexto o explicación.
El hecho de que la misma imagen del cuerpo de la mujer como simple objeto que aún siguen proyectando muchos medios de comunicación y de publicidad, e incluso desde espacios sociales y políticos con declaraciones y comportamientos claramente atentatorios y denigrantes hacia la mujer, mandan unos mensajes sexistas de gran calado, que en gran medida promueven y suscitan implícitamente la violencia machista y la desigualdad.
La igualdad real se construye a partir de la prevención y la educación. Las políticas y las estrategias que se utilicen para prevenir las agresiones deben partir de una educación afectivo-sexual a todos los niveles que facilite desarrollar una sexualidad basada en el respeto y la igualdad real entre mujeres y hombres.
Y por supuesto, frente a los recortes en presupuestos y políticas públicas que se vienen dando, exigimos que se refuercen los recursos económicos y humanos destinados al desarrollo de políticas de igualdad activas, integrales y participativas, por la consecución de una Sociedad libre de violencia de género, en la línea de lo apuntado por el Convenio de Estambul sobre prevención de la violencia de género y las propuestas enunciadas por los colectivos feministas.