Un año más es 4 de diciembre, Día Nacional de Andalucía. Y como cada año, los andalucistas queremos recordar que aquel día de 1977, el Pueblo Andaluz, con su reacción, forzó el destino político de Andalucía y la configuración definitiva del mapa político del Estado. Dos millones de andaluces salieron a la calle tomando conciencia de pueblo, y por primera vez, todos unidos bajo una única bandera, la nuestra, la blanca y verde.
El Partido Andalucista, entonces PSA, fue uno de los precursores y de los protagonistas indiscutibles de aquella movilización. Fue en septiembre de 1977, y ante la seguridad que los partidos centralistas apostarían en la redacción de la Constitución por la discriminación autonómica en favor de Cataluña y País Vasco, el entonces PSA, junto con la asociación Averroes y otras entidades, se reunieron y resolvieron iniciar “una amplia campaña de sensibilización que culminase en una magna concentración expresiva de la existencia de un pueblo”.
Con motivo del 11 de agosto de 1977, efeméride del asesinato de Blas Infante, los andalucistas elaboramos un manifiesto pro autonomía que recabó más de doscientas mil firmas. “La gravedad del problema del Pueblo Andaluz, exige que éste disponga de instrumentos eficaces que lo sitúe y mantenga en pie de igualdad con el resto de pueblos del Estado (…) Pedimos a los parlamentarios andaluces que junto con todas las fuerzas políticas presentes en Andalucía convoquen al pueblo andaluz en una manifestación pública pro autonomía”, exigíamos los andalucistas en la víspera de la celebración de la Asamblea de parlamentarios andaluces que asumió definitivamente la manifestación y la convocó el día 4 de diciembre.
En las fechas previas a la manifestación, los andaluces apostaron masivamente por nuestra bandera, la que había creado el Padre de la Patria Andaluz, Blas Infante. Se vivió durante aquellos meses un ambiente de alegría y esperanza en que ya se adivinaba la muestra ejemplar de unión y conciencia de pueblo que los andaluces dieron al mundo aquella tarde del 4 de diciembre.
Aquel día, fue la primera vez que todas las fuerzas políticas y sociales de Andalucía asumieron, por fin, la blanca y verde como insignia de todos los andaluces, como hiciéramos los andalucistas desde el momento fundacional del PSA hacía más de una década. En un ambiente festivo, los andaluces salieron a la calle masivamente y así, con la fuerza de su gente, Andalucía dio un mensaje inequívoco al resto del Estado: somos una nación, un pueblo, en pie, y dispuesto a luchar por nuestra autonomía política.
Un año más tarde se firmó el Pacto de Autonómico de Antequera, que apostó por buscar para Andalucía “la autonomía más eficaz”, fórmula que los andalucistas precisamos y pedimos que fuera expresamente “no la más eficaz, sino la que reconoce la Constitución como plena”.
La historia de nuestra autonomía acababa de comenzar. A partir de entonces, los partidos centralistas pusieron todo de su parte para intentar que Andalucía no aspirase a la autonomía plena del artículo 151 de la Constitución de 1978. Sin embargo, los andalucistas en el Congreso de los Diputados, consiguieron desbloquear la autonomía andaluza que, de haber sido por la intención de los partidos centralistas, hoy sería de segunda.
El 4 de diciembre, los andaluces quebramos el sistema autonómico pensado en Madrid para que Andalucía fuera una autonomía administrativa. Lo dijimos en la calle, alto y claro, y con la blanca y verde como insignia. Aquel día, los andaluces pusieron su tierra al nivel que le correspondía. Por ello, Andalucía esta reconocida hoy como nacionalidad histórica, en el primer nivel competencial del Estado. Por ello, los andalucistas seguiremos pidiendo, año tras año, que se reconozca el 4D como Día Nacional de Andalucía, en recuerdo de todos los andaluces que aquel día lucharon, como mejor sabe hacer este pueblo, por su dignidad. En recuerdo especial, sin duda, de Manuel José García Caparrós, que perdió la vida en el intento de llevar la blanca y verde a lugar que le correspondía.
Ese estatus nos permite, entre otras cosas, convocar nuestras propias elecciones al margen de las convocatorias del Estado. Sin embargo, 35 años de gobierno socialista, tan centralista como el resto de fuerzas con sede en Madrid, han pretendido apocar el papel de Andalucía en el Estado. Por ello, y solo por estrategia del PSOE, el Gobierno andaluz ha convocado en una ocasión las elecciones autonómicas sin coincidir con las estatales. Ello no permite que en nuestra campaña electoral se hablen de nuestros temas, sino que todo el debate pasa a ser en clave estatal.
Así, los andalucistas hemos puesto en marcha una Iniciativa Legislativa Municipal para comprometer al Gobierno andaluz a convocar siempre separadamente nuestras elecciones de las del resto del Estado. Eso es apostar por Andalucía, darle a los andaluces la oportunidad de debatir nuestros problemas y plantear soluciones desde y para Andalucía.
Finalmente, la trascendencia del 4D está mucho mejor expresada en palabras del Profesor Manuel Ruiz Romero, quien dijo de aquel día hace algunos años que “es la fecha de afirmación identitaria de Andalucía, y fue el Pueblo el que impulsó a los partidos a reivindicar una autonomía de primera división. No hay 28F sin 4D”.