A los siete días hábiles de la toma de posesión del equipo del PSOE en el Ayuntamiento de Priego, se presentó en nuestra ciudad la Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Dª. Rosa Aguilar.

Traía 100.000 euros en el bolso y dijo que eran la aportación de la Junta de Andalucía para la restauración de la Torre del Homenaje del Castillo de Priego. Como todo el mundo sabe (menos doña Rosa y el Sr. Mármol Servián) las obras de la torre están a punto de concluir y han tenido que hacerse con dinero aportado por el Gobierno del Partido Popular en Madrid (342.438 €) y de las exiguas arcas del Ayuntamiento de Priego gobernado por el Partido Popular (114.146 €), ya que la Junta de Andalucía se ha negado reiteradamente a entregar lo que estaba obligada a aportar.
Menos mal que a la reunión asistieron dos concejales del Partido Popular que tuvieron que intervenir para decirle a la Consejera que los 100.000 € podían invertirse en la restauración de la torre 3 y del lienzo 2 cuyos proyectos ya están redactados, cosa que el Sr. Mármol no sabía; sin embargo se atrevió a decir que no había dinero en el presupuesto para la aportación del Ayuntamiento, viéndose de nuevo rectificado por la concejala del PP que informó de que sí había consignación presupuestaria para afrontar esa inversión.
Visto lo visto, es difícil dar una “cantada” más esclarecedora de lo que ha estado ocurriendo. Si la Junta tenía ese dinero destinado a la torre, hay que pensar que el Sr. Mármol, mientras preparaba la legal (pero vergonzosa) moción de censura que le ha llevado a ocupar el sillón, se ha dedicado a presionar a la Junta para que no diera ese dinero a Priego, ya que es imposible creer que en siete días se declaren disponibles 100.000 euros que antes no existían.
Y por lo tanto, cabe pensar que el Sr. Mármol y sus amigos del PSOE han hecho lo mismo con otros proyectos tan necesarios para Priego como el aparcamiento del IES Carmen Pantión, el Conservatorio Profesional o la inclusión en presupuestos de la financiación de la variante de las Angosturas. Es decir, presionar para que la Junta no invierta en Priego… Y hacerlo con el apoyo explícito o tácito del Partido Andalucista y de Participa Priego.
La lealtad institucional es imprescindible para que un país democrático funcione, pues si no existe, la gestión de las cosas públicas se convierte en una guerra entre administraciones basada en los intereses de los partidos políticos, con efectos mortales para ciudades enteras o para determinados sectores de la sociedad. Pero el sectarismo y la coacción política ha sido siempre santo y seña de la acción de gobierno de la Junta de Andalucía, descaradamente acostumbrada a gobernar en contra de los Ayuntamientos no gobernados por el PSOE.
Ahora bien, lo que ha hecho doña Rosa, presentarse en Priego a los siete días de la moción de censura, cuando el Ayuntamiento llevaba cuatro años pidiéndole colaboración, decir que ahora “se abre un tiempo de entendimiento” entre el Ayuntamiento y la Consejería… es admitir paladinamente que estaban practicando el boicot a nuestro Ayuntamiento; es decir, se trata lisa y llanamente de una verdadera desfachatez política.
Desde luego que no nos vamos a creer de ninguna forma que cualquier otra inversión que ahora (precisamente ahora) venga a Priego desde la Junta, se deberá a los méritos del Sr. Marmol, cuya trayectoria de trabajo a favor de los intereses de Priego es totalmente nula, ni a la magnanimidad de la Junta. Si alguna otra inversión nos llega se la habrán ganado a pulso los prieguenses con sus reiteradas reivindicaciones, ante la evidente injusticia que desde las administraciones gestionadas por el PSOE se ha practicado gobernando contra Priego en las últimas décadas. Priego no quiere regalos, sino justicia.