Este es el título de una canción del Langui para la lucha contra el acoso escolar. Se buscan valientes trata de explicar cómo ante el acoso escolar son necesarios niños que rompan el silencio.
Lo que mantiene el acoso escolar son los observadores silenciosos. Los niños reproducen modelos sociales de violencia, modelos sociales que observan en los adultos, en los contextos sociales que les rodean, y así lo demostraron autores como Bandura. Los padres se alarman pensando que sus hijos puedan sufrir acoso escolar en los centros, pero yo me pregunto, ¿los adultos estamos haciendo algo por romper el silencio en contextos violentos? ¿qué estamos haciendo con la sociedad? Estamos permitiendo que en contextos sociales y políticos se den situaciones de violencia de diferentes formas y se acepten con una normalidad aterradora.
Para que se de acoso son necesarios varios requisitos, entre otros un desequilibrio de poder que se utiliza para abusar del más débil, bien por aspecto físico, por fuerza, por edad, por tamaño, por condición cultural, social, sexual...Pues bien, esto lo estamos viendo en nuestro entorno más cercano y en diferentes contextos, no solo en el escolar. Los abusones políticos acosan a los más débiles y compran el silencio de quien los observan por miserias que condicionan a toda una sociedad. ¿Y pretendemos que nuestros hijos, nuestros niños luchen contra el acoso con estos modelos de sociedad? ¿Queremos que nuestros hijos y niños rompan el silencio y sean valientes ante el abuso de otros? Pues permítanme un consejo, un poco de reflexión y pensamiento crítico. Vamos a pensar qué modelo de conducta y de moral estamos dando a nuestros hijos, no el explícito que mostramos a los demás, sino aquel que encubrimos vilmente tras una careta, y que tememos descubrir porque nos puede provocar sentimientos muy desagradables contra nosotros mismos, en los que se perfile una persona con la que no nos identifiquemos.
Por tanto, si queremos que nuestros hijos luchen contra el silencio del opresor, contra las injusticias, con el abusón, debemos empezar a plantearnos qué modelo de sociedad queremos. Para lograr una sociedad más democrática, en la que respetemos la diversidad política, religiosa, sexual...debemos partir de enseñar a nuestros menores a CONVIVIR, para llegar a ser en un futuro ciudadanos democráticos (Dewey). La convivencia supone respetar la diversidad, tolerar las diferencias de cualquier índole, fomentar una cultura de paz, vivir en democracia, ser ciudadanos solidarios, respetuosos con el medio ambiente, entre otros muchas más cosas. La convivencia es la clave de una democracia real, y desgraciadamente estoy asistiendo a un espectáculo dantesco en el que se pierden los valores, no hay escrúpulos morales ni éticos, y se atacan despiadadamente a aquel que es valiente y rompe el silencio. En la democracia es muy lícito opinar de forma crítica, argumentar en contra del oponente, desde el respeto personal. Pero para opinar de forma crítica y responsable es necesario informarse de forma adecuada, preguntar, tener curiosidad en la vida, cuestionarse las diferentes verdades, porque no hay verdades absolutas, la ciencia nos lo demuestra continuamente. La falta de información lleva a tener opiniones poco válidas que tergiversan la realidad, y esto en definitiva, lleva a la manipulación de las masas. Quienes saben esto, saben utilizar muy bien las herramientas sociales como Facebook en contra de quien se ponga por delante de sus intereses personales, a sabiendas que en esos lares, las medias verdades, las lagunas de información, campan a sus anchas llevando a las personas a ser o bien abusones, o bien observadores pasivos que perpetúan la violencia. Pero no todo es violencia, hay valientes, y se les ve por el corazón, porque van a pecho descubierto y son carne de cañón fácilmente, porque los valientes en nuestra sociedad no interesan a unos pocos. Pero a esos valientes, que dan la cara por los demás y dicen verdades hirientes para los abusones, les aplaudo, les animo, les apoyo, les admiro, y les compadezco, porque vivimos tiempos difíciles enmascarados en una falsa calma y felicidad que el poderoso don dinero le interesa mantener, porque ese don dinero, sabe que a las masas hay que controlarlas.
Hoy más que nunca con toda la transformación social que estamos viviendo de manera tan acelerada a través de las tecnologías, se debe priorizar en la educación un PENSAMIENTO CRÍTICO que desarrolle futuros ciudadanos democráticos, que no teman ni sean víctimas de los abusones ni en redes sociales ni en contextos reales. Se buscan valientes.