El próximo 26 de junio tenemos ante nosotros unas elecciones generales en las que los ciudadanos de toda España estamos llamados ante las urnas.
Nos toca elegir entre dos modelos de país. El primero está representado por el Partido Popular y nos lleva a profundizar en el retroceso en políticas sociales que hemos vivido en estos últimos cuatro años.El segundo está representado por Unidos Podemos y es una apuesta por renovar el sistema productivo y fiscal, pensando en los que han soportado todos estos años los recortes, y en revertir todo lo que hemos perdido como sociedad.
En apenas cuatro años con el PP hemos asistido a unas políticas de recortes salvajes que han afectado a los más débiles: recortes en dependencia que han acabado con la muerte de muchos sin llegar a ser reconocidos como dependientes, en becas universitarias que han propiciado el abandono de muchos estudiantes de los estudios sin perspectivas laborales, en sanidad mientras privatizaban hospitales en comunidades gobernadas por el PP, recortando además el poder adquisitivo de todos los consumidores con el incremento de los impuestos indirectos como el IVA pasando en muchos casos del 8% al 21% como el IVA cultural mientras mantenían el IVA del fútbol. A ello debemos añadir una política de servilismo al oligopolio energético llegando al absurdo de ponerle un impuesto al sol.
Asimismo, también nos han colado recortes en libertades: una reforma laboral que abarataba hasta los extremos el despido y ponía en jaque la negociación colectiva que tanto ha costado lograr con el paso de las décadas de luchas de los trabajadores y que ha incidido en la precariedad laboral y en la prevalencia del trabajo basura para nuestros jóvenes. Y una ley mordaza que buscaba limitar el derecho a la manifestación en un país sin conflictos violentos si lo comparamos con países de nuestro entorno, una ley mordaza que atacaba al bolsillo para desincentivar las manifestaciones y el derecho a la libertad de expresión protegido por la Constitución Española.
Y todo esto con la corrupción de fondo, mientras se envuelven en la bandera española descubrimos que guardaban sus ahorros en países como Suiza, Panamá o Andorra.
En Priego el balance no es más halagüeño con el Partido Popular. En cinco años de gobierno de María Luisa Ceballos, nuestro municipio ha perdido 600 habitantes. ¡Cuán fácil es bajar el paro si se va la gente!
El equipo de gobierno se ha dedicado a llevar a cabo políticas para el lucimiento de nuestra alcaldesa, obras faraónicas que han supuesto una ruina continua para nuestro municipio. Todo esto mientras se exprime a nuestros vecinos con el IBI que prometieron bajar un 20% y privatizando servicios como la piscina, la cual pretenden re-privatizar después de indemnizar con 300.000€ a la empresa privada; o mientras mantienen su opaca política con la empresa del agua a la que nunca se le ha abierto expediente a pesar de incumplir con su propia oferta.
Ya hemos visto el bagaje de Podemos en los ayuntamientos del cambio. La agenda social ha pasado a ser primordial: desde becas-comedor hasta el impulso de viviendas públicas o paralización de desahucios. Y económicamente la llegada de partidos del cambio no ha supuesto el apocalipsis que algunos preveían: en Barcelona se han creado 7700 sociedades mercantiles (500 más que el año anterior); en Madrid se está reduciendo la deuda a pesar de haber aumentado el presupuesto social un 26%; eso sí, tienen que mejorar en las cabalgatas de reyes. Y en Cádiz se ha reducido la deuda en 18 millones de euros.
El programa de Unidos Podemos se basa en 50 pasos a seguir entre los que se encuentran una auditoría energética, una reforma fiscal progresiva que haga que los que más tienen paguen en su justa proporción, el aumento del Salario Mínimo a 800€, crear una banca pública a partir de las entidades rescatadas con el dinero de tod@s, la revalorización de las pensiones mínimas, la lucha contra el fraude fiscal poniendo recursos encima de la mesa y la reversión de los recortes en dependencia, sanidad y educación entre otras.
Muchas de estas cuestiones, lejos de ser revolucionarias, están reconocidas por la legislación actual. La Constitución reconoce el derecho a una vivienda digna, a un trabajo sin discriminación y suficiente y la prevalencia del interés general por encima del particular.
La realidad es que nos han estado gobernando dirigentes anti-sistema: han buscado el fin del Estado del Bienestar, han permitido los desahucios mientras se inyectaba dinero en los bancos a fondo perdido y han implantado amnistías fiscales para perdonar a sus amiguetes que se lucraban a costa del trabajo de l@s ciudadan@s. Cuando os digan que los de Podemos son anti-sistema pensad en los recortes en sanidad y educación, en la ley mordaza, en el TTIP, en la Gürtel, en “Luis, sé fuerte”, en Granados, en el PP Valenciano y el PP de Madrid imputados, en los discos duros, en el alcalde de Granada…
El 26J todos tenéis la oportunidad de comenzar a revertir todo esto, depende de vosotros. ¡Unid@s Podemos!