La economía de nuestra comarca atraviesa una grave crisis. Mientras el precio del
aceite sigue aumentando, es coste de venta se encuentra en unos mínimos insoportables
para los agricultores.
Según los costes de producción fijados por el Consejo Oleícola, a
un agricultor le cuesta 2.75€ producir un kilogramo de aceite de Oliva, mientras que esa
misma producción la está vendiendo a 2€. Lo que le deja al agricultor una deuda de 0.75€
por kilo producido. Las cuentas son bastantes sencillas: el agricultor sale perdiendo cada
vez que produce aceite. Además, según destaca POOLred (Sistema de Información de
Precios en Origen del Aceite de Oliva) en la actualidad, el precio de venta tanto del aceite
de oliva lampante como del aceite de oliva virgen está se encuentra por debajo de 2€.
Mientras tanto, el precio de venta al público del aceite de oliva virgen se encuentra en
la increíble cantidad de 3,5 a 4€ por kilogramo de aceite. Es decir, el consumidor está
pagando casi el doble por un aceite que ha sido vendido por debajo del precio de
producción.
Este hecho nos hace preguntar qué está pasando con el aceite en nuestra tierra. La
realidad es que, tal y como expresó Eduardo Bayona, estamos ante un entramado de
fondos de inversión que pretenden actuar de la misma manera que han hecho con el sector
del taxi: dinamitar el tejido productivo olivar tradicional e implantar un modelo
productivo de grandes extensiones. En otras palabras: hacer imposible que un agricultor
pueda vender sus productos para que al final dejé de hacerlo y venda sus tierras a grandes
fondos financieros que buscan un nuevo nicho de mercado.
Frente a esta falsa del libre mercado, se hace necesario una política social que vele por
el bien común. Defender el modelo productivo olivar tradicional es defender el trabajo de
todos los agricultores y trabajadores del sector primario.
Por ello, desde Izquierda Unida, apoyamos todas las movilizaciones que se están
produciendo en la actualidad. Defendemos la necesidad de establecer un precio mínimo
de venta del aceite que proteja al pequeño agricultor frente a los intereses de los grandes
grupos financieros.
Izquierda Unida plantea una política que intervenga en el precio del aceite, que proteja
el campo y que luche por el bienestar de su pueblo.
Nuestras propuestas son:
1. Reforzar el tejido productivo para que los agricultores nos beneficiemos del valor
que generamos.
2. Intervenir el precio del aceite y regular el mercado para liberarlo del “secuestro”
de las grandes empresas multinacionales.
3. Crear una Agenda que certifique la calidad y la pureza del aceite, controles para
garantizar la trazabilidad del aceite y mejorar la ley de la cadena alimentaria para
evitar que todos los beneficios se quedan en las manos de los intermediarios.
4. Rechazar los acuerdos internacionales que consolidan la competición desleal de
las grandes empresas multinacionales frente a nuestros/as agricultores/as.
5. Apoyar a las cooperativas para que funcionen como sociedades de unión entre
los/as agricultores/as y no como empresas privadas en búsqueda del beneficio de
unos pocos.
¡Por unos precios justos!