Alejandro Calvo. (Foto: Cedida.)

El Cajasur Priego ha caído en su visita a un Alzira que se estaba jugando la permanencia. De esta forma, el equipo de la Subbética encadena dos derrotas consecutivas, circunstancia que se puede considerar como extraña en la trayectoria del equipo en las últimas temporadas. Para su tranquilidad, hizo los deberes con tiempo y la consecución del octavo título ya es un hecho. 

El partido comenzó bien para el Cajasur. Carlos Machado se impuso a Guillot por 1-3. El prieguense echó mano de su experiencia para controlar la contienda y aportar una cierta tranquilidad a Calvo y Gutiérrez.

Sin embargo, al otro jugador formado en el Centro de Tecnificación le esperaba Mutti. Calvo se encontró con un adversario dominante y se llevó el punto en litigio por 3-0. Después llegó un partido muy largo protagonizado por Gutiérrez y Nicol. El alicantino salió airoso con un sufrido 2-3 contra uno de esos jugadores de corte defensivo.

El partido pintaba bien para el Cajasur, pero se empezó a torcer. Mutti, en otro punto a cinco mangas, venció a Machado y se desajustaron los planes. Después, Guillot y Gutiérrez protagonizaron un encuentro de vaivenes que se adjudicó el local, quien llegó a celebrarlo subido en la mesa. La ocasión lo merecía porque se confirmaba la permanencia.

Pero el Cajasur también quería acabar con una sonrisa. Al menos, no encadenar dos derrotas consecutivas. Calvo tenía la tarea de enmendar, sin embargo, Nicol reaccionó desde su pasmosa tranquilidad. Igualó y se adelantó. Después Calvo rememoró los pasajes de la primera manga y niveló. Pero en el quinto juego el francés completó la fiesta local.