El prieguense José María Espinar ha participado en el Campeonato del Mundo de Raids de Aventura, que en esta edición se ha disputado en Sudáfrica.
Una prueba muy exigente, que cada año se celebra en un continente diferente, y que en esta edición ha congregado a 109 equipos procedentes de todos los rincones del planeta y 36 nacionalidades diferentes.
La empresa no era nada fácil, ya que el campeonato ha tenido un recorrido cercano a los 900 kilómetros y unas condiciones muy exigentes. Como muestra, solo 42 de los 109 equipos participantes consiguieron terminar la prueba.
José María Espinar formó parte del equipo Meridiano Raid, junto a Lucía Funes, Antonio de la Rosa y Jesús Bermejo, logrando terminar el campeonato en el puesto trigésimo quinto, algo que para el atleta prieguense “supone todo un éxito, completar el recorrido completo, ya que muchos equipos han quedado eliminados por no cumplir los tiempos de corte de la organización”.
200 horas y 15 minutos, o lo que es lo mismo, más de ocho días en realizar todo el recorrido, en el que destacaron secciones de 220 kilómetros en bicicleta de montaña, un trekking muy duro de 90 kilómetros con unas condiciones meteorológicas adversas, rappel de 60 metros y secciones en kayak de 60 kilómetros muy complicadas y técnicas en ríos con muchos rápidos, con numerosos vuelcos de la embarcación, lo que condicionaba el rendimiento de los equipos.
Se trata de “ir superando día a día las pruebas y secciones, parando lo mínimo posible, algunas paradas eran de 10 minutos cronometrados, te tirabas al suelo, cerrabas los ojos y volvías a levantarte y continuar”, es según Espinar “una experiencia única, aunque físicamente te pone al límite, por el esfuerzo, el cansancio o los cambios de temperaturas, pasando de frío a calor y viceversa en muy poco tiempo.”
En todo este tiempo “te pasa de todo”, como recuerda, tuvieron que hacer una parada de 18 horas por el estado de salud de uno de los miembros del equipo, que sufrió un cólico estomacal, necesitando atención médica, lo que retrasó el ritmo de carrera, aunque lo importante fue completar el recorrido, como apostilla Espinar.
Los paisajes, la cultura, el contacto con la naturaleza, dormir escuchando animales salvajes, el compañerismo, rozar los límites del esfuerzo, etc, para el prieguense ha sido la experiencia más salvaje y extrema en su amplia carrera deportiva.