
El lunes 5 de mayo de 2025 se inaugura el tercer tramo de la carretera autonómica A-333, en su recorrido por las Angosturas. Conocer este hecho ha despertado en mí un sinfín de recuerdos. Sin duda, será uno de los momentos más importantes y gratificantes de mi vida política y lo conservaré en mi memoria mientras me sea posible.
Un reto conseguido en el que ha participado un importante número de personas a quienes hay mucho que agradecer.
Un inicio lleno de ilusión
El 12 de marzo del año 2000 se celebraron las elecciones al Parlamento de Andalucía, constituyéndose la VI Legislatura autonómica. El hegemónico Partido Socialista, con Manuel Chaves como candidato, obtuvo el 44,2% de los votos. El Partido Popular, con Teófila Martínez al frente, logró un buen resultado: el 38,52%.
En Córdoba conseguimos cinco parlamentarios andaluces. Yo era la quinta: Una abogada que había entrado recientemente como concejala en el Ayuntamiento de Priego, con escasa experiencia en los entresijos políticos.
Mi primera iniciativa, una vez asentada en aquel mundo totalmente desconocido para mí, fue una “Pregunta con ruego de respuesta oral en Comisión” (6-00/POC-000012), relativa a la situación del acondicionamiento de la carretera A-333, en el tramo del puente de San Juan a Priego de Córdoba, registrada el 4 de mayo del año 2000.
En aquella comisión participaban también otros dos prieguenses: Carolina González Vigo, hija del gran pintor y mejor persona Remigio González, y Manuel López Calvo, parlamentario de IU cuya familia es muy conocida y querida en Priego.
Desde entonces, las iniciativas sobre esta materia se sucedieron. En 2001, también a instancia del Grupo Popular y con la oportunidad de defenderla personalmente, se aprobó una proposición no de ley sobre el mismo tema. En ese debate, la portavoz socialista hizo una intervención desafortunada al insinuar que los votantes de la comarca no consideraban prioritaria esta infraestructura porque seguían votando al PSOE, lo que, sin embargo, no impidió que la iniciativa fuese respaldada por todos los grupos parlamentarios: PSOE, PP, IU y Partido Andalucista.
Se comprometieron en estos años los primeros pasos formales hacia el acondicionamiento de una vía esencial para el desarrollo de esta zona del sur de Córdoba.
Los proyectos: una carrera de fondo
Entre el 2000 y 2003 se redactaron los proyectos para el tramo del Puente de San Juan y, posteriormente, el del Cañuelo. La Delegación Provincial de Obras Públicas y Transportes de Córdoba, con Francisco García como delegado, impulsó tres proyectos de construcción:
● Tramo P.K. 0+000 al 6+000: licitado por 1.816.893,27 euros.
● Tramo P.K. 6+000 al 12+000: 3.800.000 euros.
● Tramo P.K. 12+000 al 17+300: sin estimación económica por su elevado coste y complejidad.
Estas actuaciones estaban incluidas en el plan Horizonte 2000–2003 para la red de carreteras de Andalucía. Los dos primeros tramos, de menor complejidad técnica y económica, sufrieron retrasos. El primero se inauguró en 2004 (con gobierno del PSOE) y el segundo en 2012 (con una consejera de IU). El tercer tramo, el más difícil, nunca llegó a tener dotación presupuestaria, ni siquiera proyecto definitivo, pese a múltiples promesas.
Su coste, superior a los 10 millones de euros para poco más de cinco kilómetros, desató un debate técnico y político que parecía no tener fin.
Una reivindicación constante
En 2018, el PSOE propuso dividir el último tramo para actuar sobre 2,5 km, una solución claramente insuficiente tras décadas de espera. Mi formación política se opuso con firmeza, y las elecciones paralizaron aquella decisión.
Durante 40 años, todos los alcaldes y concejales de Priego defendieron esta obra como prioritaria. En el Pleno del Ayuntamiento se aprobaron numerosas propuestas. La plataforma ciudadana creada para la mejora de nuestros pueblos la reivindicó con pancartas y escritos. En los medios locales y provinciales, especialmente Adarve y Priego Digital, abundan artículos y editoriales. Las Angosturas se convirtieron en símbolo de la lucha por las infraestructuras en nuestra comarca.
El impulso definitivo
La llegada del gobierno de Juanma Moreno en 2019 supuso un aire renovado. Cristina Casanueva, desde la Delegación de Fomento, retomó el proyecto con determinación y eficacia, logrando actualizar todos los informes en tiempo récord. La consejera Marifrán Carazo, hoy alcaldesa de Granada, junto con su equipo asumió el proyecto como propio y consiguió la dotación económica necesaria. Y el presidente de la Junta de Andalucía apostó, más allá de criterios tecnócratas de rentabilidad, por una inversión estratégica para el desarrollo económico de una zona históricamente aislada.
La gestión fue ejemplar: modificación de proyectos, actualización normativa, paralización temporal por cría del águila perdicera, integración de nuevas obras como el acceso al polígono o un desvío arqueológico imprevisto que volvió a modificar el trazado y presupuesto con la necesaria coordinación fomento- cultura- ayuntamiento. Así como la gestión paralela a todo esto de las expropiaciones de terreno. Todo ello en apenas cinco años.
Un trabajo colectivo
Durante la ejecución de la obra, todos se implicaron. La coordinación entre la Junta de Andalucía, la empresa adjudicataria y el Ayuntamiento —con su alcalde y los equipos de obras, servicios, urbanismo y cultura— fue modélica. También la ciudadanía supo convivir con una obra tan compleja, asumiendo las molestias con paciencia y compromiso. Incluso la empresa tenía en su plantilla a un joven ingeniero de Caminos, Canales y Puertos prieguense que ha estado al pie de obra para tranquilidad de todos.
Hoy, desde la perspectiva de 25 años, comparto este recorrido con gratitud.
La buena política existe. Aquella capaz de anteponer el valor de una inversión —13,2 millones de euros; hace 25 años, más de 2.100 millones de pesetas— por el futuro de un territorio, por encima de consideraciones de rentabilidad inmediata.
Esa es la política que vale. La que mejora la vida de los ciudadanos. Es un día histórico y me alegro por ello.
Gracias.