Nuevo hallazgo del Grupo Espeleológico G40 en la Sierra Gallinera
Rafael Bermúdez Cano (Miembro del Grupo Espeleológico G40)
Jueves 27 de enero de 2011 - 12:12

16 de enero de 2011. Catorce miembros del Grupo Espeleológico G40 de Priego de Córdoba nos concentramos en falda de Sierra Gallinera (Córdoba).

No es la primera vez que lo hacemos, puesto que se está preparando una ponencia para un congreso espeleológico internacional a celebrar en septiembre en Marbella. Éste versará sobre distintos aspectos de las cavidades que alberga en su interior. Las cuevas de la Solana, el Palenzuelo, el Rodaero, los Inocentes, la Majá del Caldero ya han sido exploradas y estudiadas.
Para aprovechar de la mejor manera el potencial humano se prepara la jornada de trabajo y se reparten las distintas tareas a realizar. La exploración y topografía de la Cueva de los Tocinos prima sobre lo demás. Hacia ella parten dos equipos que trabajaran de manera independiente en dichas labores y un tercero con el cometido claro de describir la cavidad e intentar desobstruir un par de posibles continuaciones. Un cuarto grupo cargado con material de progresión vertical se dirige hacia unas simas ya catalogadas.
Son las cuatro y media de la tarde y el último grupo no regresa. Empezamos a preocuparnos. Habíamos encargado una paella sobre esa hora a diez kilómetros de distancia y debían de saber que los estábamos esperando. Como salida de la nada surge de pronto sobre la espesura de la maleza una figura, seguidamente una segunda y una tercera. Imposible que no los hubiéramos visto bajar por la ladera de la sierra. Estaba claro que salían de una cavidad, pero ¿de cual?, no se conocía ninguna en ese lugar concreto. Debía de tratarse de una desconocida hasta el momento. Y así era. Habían terminado en primer lugar y al dirigirse hacia los coches habían hallado una pequeña boca oculta entre la espesa vegetación. Varias piedras la taponaban al completo. Su hallazgo había sido un golpe de suerte. Pronto se dieron cuenta de su importancia al localizar en su interior un nuevo yacimiento arqueológico intacto. 
Durante la comida en común hay mucho de lo que hablar. La nueva cavidad contiene gran cantidad de restos cerámicos y óseos de época medieval. La Cueva de los Tocinos ronda los 500 metros de desarrollo topografiado y siguen apareciendo en sus exploraciones rincones y galerías vírgenes, algunos de ellos de gran belleza. Con un poco de suerte puede que termine sobrepasando los 1000 metros de desarrollo con lo cual se podrá incluir en el Catálogo de Grandes Cavidades de Andalucía. En ella se está intentando realizar una complicada desobstrucción que puede conectarla con la cercana cueva de los Inocentes, que se encuentra en la misma fractura y  tan sólo 20 metros las separan en el interior. Si se consiguiera entraría directamente a formar parte de dicho catálogo.
23 de enero de 2011. Diecisiete personas nos reunimos en el mismo lugar que la pasada semana. En esta ocasión acompañados por tres arqueólogos y el cronista oficial de Priego de Córdoba. Se retoman los mismos cometidos que en la pasada semana y por otro lado un grupo acompaña a los arqueólogos a la ya denominada Cueva Extremadura. El nombre le viene dado por Carlos Estrella, un reciente miembro del Grupo que se ha de desplazar desde dicha comunidad autónoma para hacer espeleo con nosotros.
Se confirman las informaciones dadas por nuestros correligionarios. Todo indicaba que Cueva Extremadura no había sido visitada desde época medieval. En su escaso recorrido interior se localiza gran cantidad cerámica medieval andalusí muy fragmentada, que enmarca su utilización durante el siglo X. Por su morfología se descarta su ocupación para hábitat humano o refugio puntual de pastores, como es frecuente en las Sierras Subbéticas Cordobesas. Se manejan dos hipótesis que explican su ocupación humana: por un lado el tormentoso periodo de revueltas acaecidas durante el periodo Omeya (que coinciden con la cronología dada por la cerámica) y que obligaron a ciertos sectores de la sociedad a buscar refugio. Ello ha sido documentado en varias cuevas de la comarca. Una segunda, por la que más se apuesta, apunta a su uso religioso, ya que cuenta con los requisitos doctrinales apropiados para servir de marco a rituales de purificación espiritual.
La importancia de la cavidad radica en que se trata de un contenedor sellado hasta su descubrimiento por miembros del G40 los cuales lo han puesto sin alteración alguna en manos de los especialistas para su estudio. Diversas piezas arqueológicas y modificaciones antrópicas en la cavidad empiezan a dar indicios sobre un uso especial de la misma. Aunque no quiero adelantarme a los estudios que ya se están realizando, sí apunto que tengo claro que la cueva dará mucho que hablar en el mundillo arqueológico y servirá de base para más de un estudio científico.

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