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El nacimiento del Sistema Gata
Un objetivo buscado desde los años sesenta que consigue 48 años después el Grupo Espeleológico G40
Lunes 8 de abril de 2013 - 19:37
La década de los sesenta puede considerarse como la primera edad de oro de la espeleología cordobesa. Fueron momentos intensos para la práctica de este deporte subterráneo donde todo estaba por ver y casi todo por explorar. En 1966 le toca el turno a la Sima de los Pelaos y la Sima del GEAP, ubicadas en el término municipal de Priego, en el marco del denominado “II Campamento Espeleológico Intersocial Operación Fuente Alhama”.
Dos grupos de la capital cordobesa, el GEC (Grupo Espeleológico Córdoba) y el GULMONT (Grupo de Montaña de la Universidad Laboral), participan en las mismas. El primero patrocinado por la Diputación Provincial y el segundo nacido en el seno de la Universidad Laboral. El grupo Alonso de Carmona de la OJE prieguense tomará el relevo a finales de dicho año. En 1974 se volverán a visitar en el transcurso de un campamento regional de espeleología celebrado en la pedanía prieguense de Zagrilla, donde participaron grupos de toda Andalucía. Desde ese momento hasta nuestros días han sido visitadas por la mayor parte de los grupos espeleológicos que han operado en nuestra provincia. A lo largo de la historia de sus exploraciones por su proximidad, morfología y corriente de aire existente entre ambas ha estado en la mente de todos los espeleólogos que deberían de formar parte de un mismo sistema endokárstico, pero hasta el momento en que se iniciaron los trabajos del Grupo Espeleológico G40, aunque se había intentado, nadie había conseguido realizar la conexión física.
A finales de 2012 se retoman las exploraciones por parte del Grupo Espeleológico G40 de Priego de Córdoba. La progresión es complicada. La tarea ardua. La verticalidad es norma. Algunas rampas y repisas rompen la monotonía de los pozos, estando formadas por clastos empotrados entre las paredes y sedimentos. En ocasiones las piedras se hallan depositadas en conexiones inestables. Hay que avanzar con gran cuidado, la integridad física de los compañeros que trabajan en cotas más bajas está en peligro. Aun así el golpe seco y reiterado de piedras en su caída se hace escuchar más de lo deseado. El polvo llega a unos niveles que se masca en el ambiente. Tras varias jornadas de trabajo poco a poco se va conformando el plano de las cavidades en las que se actúa de forma alterna. Se avanzan estudiando las posibilidades de conexión. Se tiene de base la topografía realizada por el Gulmont y el GEC. Pero ahora se cuenta con la enorme ventaja de las modernas técnicas topográficas, que permiten conocer como avanza la topo, en tiempo real, dentro de la cavidad. En el mismo instante de tomar los datos de una nueva visual, sabemos cuánto nos acercamos o alejamos de nuestro objetivo. Y éste, parecía encontrarse cerca. Y efectivamente, el 10 de febrero, se organizaron dos equipos que entraron de forma conjunta por ambas simas, con el objetivo concreto de realizar la esperada unión. No fue fácil. Temperaturas en el exterior de -3º. Fuertes corrientes en el interior, de aire gélido, que en algunos pasos hacía castañear los dientes y entumecían las manos de los espeleólogos. Bloques inestables que hacían uso de la gravedad al mínimo roce. Parecía que el equipo de Sima de GEAP había llegado al final de lo que desarrollaba la sima. Un golpe de suerte: un pequeño agujero por el que una piedra caía unos metros más. Ardua desobstrucción. Al final, con mucha ilusión y tesón se abre una pequeña cabecera por la que se puede continuar. La Sima de los Pelaos y Sima GEAP, ya eran la misma. La conexión se había realizado a -85 metros de la segunda y -62 metros de la primera. El complejo creado entre ambas se denominará “Sistema Gata”, en honor a aquellos primeros espeleólogos que las exploraron y bautizándolas en su día como simas de Gata I y III.
Hace unos días se ha culminado el plano interior del sistema con un desarrollo total de 771 metros. Con un desnivel máximo de -125.5 metros en su cota más baja, se consolida como la cuarta sima más profunda de la provincia de Córdoba, tras la Simas del Tesoro (término de Cabra. -172 m.), la Sima de Fuente Alhama (término de Luque. -157.2 m.) y la Sima de Cabra (termino de Cabra. -131 m.).