Inauguración de la plaza junto al Pilar de San Nicasio. (Foto: R. Cobo) (Foto: Cedida)

En recuerdo a los hechos acaecidos un 14 de diciembre de 1409, día en el que finalizó el asedio al que Muhammad VII había sometido a Priego, nuestra localidad celebraba durante el pasado fin de semana con distintos actos la festividad de su patrón, San Nicasio. 

Una celebración que desde aquellos primeros años del siglo XV ha sufrido no pocos vaivenes, pasando de ser una de las fechas más señaladas del calendario local a padecer un cierto olvido por parte de los prieguenses.
Afortunadamente, la Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Aurora, cuya sede se ubica en el templo en el que se veneran las reliquias del santo, y de la que San Nicasio es cotitular, comenzó hace unos años la recuperación de esta celebración rescatando tradiciones antaño indisolublemente ligadas al 14 de diciembre, como era el desfile de una comitiva con el llamado pendón de los Zamorano, que era tremolado en la plaza principal por el alcaide de la villa.
En esta ocasión y tras exponerse durante toda la jornada del sábado las reliquias del santo en la ermita de la Aurora, a medianoche, el grupo de campanilleros de la Hermandad y la comparsa de El Castellar, realizaron un recorrido hasta el mosaico de San Nicasio emplazado en la calle Cava, ante el que se realizó una ofrenda floral. Pese a la lluvia, fueron numerosos los prieguenses que se dieron cita junto al Palacio Consistorial para escuchar los primeros villancicos del año y los clásicos cantos de los Hermanos de la Aurora, compartiendo posteriormente los asistentes unos dulces y licores navideños.
Los actos en honor a San Nicasio se completaron a mediodía del domingo, con una solemne función religiosa celebrada en la ermita de la Aurora. En ella se contó con representación de la Corporación municipal y la hermandad entregó el título honorífico de San Nicasio a la Policía Local, en el 150 aniversario de su fundación, y a la integrante de la hermandad Carmen Castro Villena.
Posteriormente se descubrió una placa en la cercana fuente de San Nicasio, antiguo abrevadero fechado en la primera mitad del siglo XVII,  degustando posteriormente los asistentes unas deliciosas migas por gentiliza de la Hermandad.