En el reparto destacó la interpretación de Rafa Calvo en el papel de Andrés, protagonista de la obra.
Rafael Cobo Calmaestra
Martes 7 de mayo de 2024 - 13:14

Diez años después de su última representación, el grupo de teatro La Diabla estrenaba el pasado fin de semana El Padre, una personalísima adaptación del texto del francés Florian Zeller, convertido desde su estreno en una de las obras teatrales más celebradas de las últimas décadas y que tras su salto a la gran pantalla en el año 2020, alzándose con varios Óscar en la edición de 2021.

Un montaje en el que el deterioro cognitivo de un hombre mayor que sufre Alzheimer es el hilo conductor de una trama en la que está muy bien resuelta la entrada y salida de los personajes secundarios que ayudan al espectador a clarificar el desorden que hay en la percepción de la realidad que nos ofrece el protagonista, un anciano que trata de hilvanar sin éxito sus recuerdos, cada vez más difusos a medida que transcurre la obra.


En cuanto al reparto, cabe reseñar la gran actuación de Rafa Calvo en el papel de Andrés, magníficamente secundado por María Calvo, en el papel de Ana, hija de Andrés y pareja de Pedro, interpretado por Javier García, completando el reparto Rafa Caballero, Ana Redondo e Ia Navas.


El montaje, dirigido por Mari Molina, ha contado igualmente con la participación de Pepe Yepes y Joaquín Marchal en la realización de decorados, Antonio Muñoz como ayudante de dirección y Pilar Sánchez, en el apartado de peluquería y maquillaje, mientras que Gabriel Moreno ha sido el autor del vídeo que se proyecta en la obra.


El grupo de teatro La Diabla fue fundado en 1992 con la puesta en escena de la conocida obra La venganza de Don Mendo de Pedro Muñoz Seca. En estos 32 años de historia, han pasando por el mismo un gran número de actores, varios de los cuales son hoy profesionales de la escena como Pepe Pulido, Rocío Peláez y Laura López.
 

Nombrados por el quincenal Adarve “Prieguenses del Año 20213”, galardón que recogían en febrero de 2014,  desde enero de ese año con la representación en Cabra de Cuatro corazones con freno y marcha atrás, el grupo no había vuelto a pisar los escenarios, por lo que este nuevo montaje era muy esperado por su público, que tributó en las dos representaciones unas prolongadas ovaciones en reconocimiento al trabajo de estos grandes aficionados al teatro que, tras este paréntesis de una década, han vuelto por la puerta grande. 

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