Tramo final del cortejo procesional a su paso por la calle Málaga. (Foto: R. Cobo) (Foto: Cedida)

Como manda la tradición, la hermandad de La Pollinica ha sido la encargada de abrir de manera oficial los desfiles procesionales de la Semana Santa prieguense.

Cuando a las doce de la mañana se abrían las puertas de San Pedro y la artística cruz de guía confeccionada con ramas de palma iniciaba su discurrir, el mundo cofrade finalizaba una larga espera que daba comienzo el Domingo de Resurrección del pasado año. Y todo ello después de sobreponerse a unas predicciones meteorológicas que no descartaban la presencia de precipitaciones durante las horas del desfile, que finalmente se desarrolló en una mañana de buena temperatura, con el cielo cubierto, lo que hizo más llevadero a los pequeños su participación.
Previamente, ayer sábado, como también es ya tradicional, la Banda Chica hacía su pasacalles y, por vez primera, tenía lugar un acto que pese a lo novedoso, congregó a un gran número de público en la plaza de San Juan de Dios, templo del que salía el guión que testimonia el compromiso de ayuda mutua suscrito entre La Pollinica y el Mayor Dolor. Insignia que portada por un penitente de esta última hermandad, que a su vez estaba flanqueado por dos cargos de la misma portando varas de mando, fue entregado a Volviendo al desfile, entre los estrenos que la corporación de la mañana del Domingo de Ramos presentaba este año, cabe reseñar el guión del compromiso de ayuda mutua entre La Pollinica y el Mayor Dolor, diseñado y ejecutado por Francisco Montes.
Algo más de tres horas después, las puertas de San Pedro se cerraban tras acoger en su seno a los participantes de este primer desfile de la Semana de Pasión prieguense, que tendrá su continuación esta tarde  con la estación de penitencia de la hermandad de La Paz.