OPINIÓN | Por su nombre
¿El lobotomovil?
Jueves 28 de noviembre de 2013 - 14:38
Hay unas palabras del filósofo griego Sócrates que leídas hoy se dijera que no han perdido vigencia a pesar de tantos siglos como nos separan.
Posiblemente sea cierto eso de que "los extremos se tocan". Yo no tengo la menor duda de que estamos asistiendo al final de una época, no sé si de una civilización.
Como, ni mucho menos, soy un helenista es por lo que he tenido que consultar algunas cosas y no me cabe la menor duda de que una cultura o civilización se derrumba cuando los pilares que la sustentan se van dinamitando. Pero es, inevitable, la pérdida del pilar de los valores humanos el que antes hace que todo se caiga y estos se transmiten mediante la educación. Quien siga mis cosillas verá la insistencia que siempre hago en educar en valores.
La educación ha sido a lo largo de los siglos el mejor sistema de control del ser humano, tanto en las dictaduras como en las democracias, la educación aporta horizontes tan amplios como el educador quiera, de ahí el peligro de en manos de quien ponemos a nuestros hijos, de ahí, la importancia del control del sistema educativo.
Los niños son esponjas permeables y ávidas de conocimiento. Si hoy nos preocupamos de educar a esos niños en el respeto de la naturaleza, la historia, el arte y por supuesto, sus mayores y sus semejantes, esas generaciones venideras serán cultas y respetuosas. Siendo, por supuesto, la convivencia un valor inalienable entre estas.
Pero si esto valores se pierden, o se trastocan, solo se puede esperar el desmoronamiento de la sociedad que en ellos se sustentaba.
Fíjense en la vigencia de la frase de Sócrates: "Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros". No sé si es casual pero la época de este filósofo coincide con el comienzo de la decadencia cultural helena. Vean que unas palabras dichas hace unos dos mil quinientos años, tienen hoy una vigencia total.
La pregunta es ¿vamos hacia el final de nuestra cultura, o solo es coincidencia?. Claro que yo no lo sé, pero por la rapidez con la que se están destruyendo los sagrados iconos de los valores, piedra angular de nuestra cultura y civilización, es posible aventurar cualquier cosa.
Sé que todo esto puede resultar un tostón para quien lo lea, pero creo que merece la pena detenerse un poco y analizar nuestro hoy y compararlo con otras culturas y civilizaciones que, pese a haber sido hegemónicas en su día, hoy solo existen en los libros y en las raíces lingüísticas que junto al latín, otra civilización desaparecida, son la base de nuestro idioma entre otros.
Me dicen "hay que educar en valores" y a mí ya solo me falta poner por todas partes las fábulas de Esopo, entre otros fabulistas; pero no veo calado. Tú puedes escribir y dar a conocer lo que quieras, pero es contrario al ejemplo que nuestros niños y jóvenes ven y viven en el día a día. Lo ven en los personajes públicos, de cuyos ejemplos es mejor ni hablar, los medios de comunicación tampoco son nada ajenos a esta debacle de valores.
Hacemos oráculos a quienes debieran estar leyendo el catón. Pero no, no leen. Paradójicamente se ponen a escribir libros que, con horror, veo que venden a montones. Gritan, chillan, representan el espectáculo de destrozarse entre ellos. El más listo es el que más y mejor roba y así se puede seguir hasta llenar multitud de folios. Y este es el día a día y el ejemplo que nuestros menores y jóvenes viven y ven.
La presión social es insoportable en una sociedad que poco o nada se preocupa de ellos. Después los criticamos, o los drogamos para que no piensen.
Solo nos queda por ver en nuestras calles el tristemente famoso "lobotomovil", que tantas ciudades recorriera en su día.
¿Qué exagero?, no les quepa duda de que hay muchas formas de lobotomizar. No olvidemos que al inventor de las lobotomías le concedieron el premio Nóbel.
Ojalá que no las veamos