De nuevo en casa, desde hace unos días, después de haber pasado por el reparador quirófano, intentando plantarle cara a la indolora pero implacable diabetes y reponiendo fuerzas lo antes posible.

Subiendo, además, por esta interminable cuesta de enero, en la que nuestros dirigentes políticos se han empeñado en hacérnosla cada día más larga y resbaladiza y en la que más de uno nos dejaremos los dientes en el asfalto, pues parece que hasta aceite le han vertido para que resbalemos. Quien más y quien menos se agarra como puede a la reja que más a mano tenga para (con las tripas encogidas) aguantar el próximo chaparrón que estamos esperando de este "Locomotoro" de la política económica que es el ministro Montoro. Pues que nos sea leve.
Últimamente estoy percibiendo una especie de "Run Run"; algo así como de quien acercase el oído a una olla llena de hormigas aludas, no sé si alguno de ustedes ha sentido la curiosidad de acercar el oído para oír esta peculiar y monótona musiquilla, yo que fui un chiquillo travieso y muy curioso, si lo hice más de una vez.
Nadie crea que fue por casualidad, más bien fue por causalidad, por lo que anoche puse por alguno de los muros de las redes sociales la frase: "El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él". Confieso que fue un acto deliberado. No me gustan los runrunes absurdos y sin sentido ni que me cuelguen ningún sambenito solo por el hecho de "que pasaba por allí".
Miren ustedes, señores del run run, yo suelo decir las cosas muy directas y claritas y si por error me llego a sentar encima de un hormiguero, procuro levantarme a tiempo no sea que las hormigas me lleguen donde no me guste.
Pero en absoluto esto ha de dar pie ni argumento para decir lo que se quiera y señalar a quien no se debe. Más sensato sería mirar alrededor a ver si encontramos algún gesto delator. No es necesario salir fuera de casa para encontrar lo que bien cerca tenemos.
Por lo que a mí respecta pueden seguir con el run run o el ran ran, que si alguna noche duermo mal es por causa muy ajena a cualquier ruido de fondo.
¿Nos entendemos?