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La torre del homenaje del Castillo de Priego se reabre al público
Tras las obras que se han llevado a cabo durante los años 2016 y 2017
Miércoles 2 de agosto de 2017 - 18:05
Todos debemos estar de enhorabuena estos días en que la torre del homenaje del castillo de Priego de Córdoba vuelve a abrirse a la visita pública, tras casi un año de ejecución de un complejo proyecto de consolidación de esta imponente obra defensiva medieval, la obra de fortificación más monumental de cuantas se han construido a lo largo de la historia de la ciudad.
Entre 2016 y 2017 se han invertido en la torre unos 500.000 EUR, financiados por el Ministerio de Fomento, con cargo al programa del 1,5% Cultural, y el Ayuntamiento de la ciudad. El proyecto ha sido redactado por los arquitectos Jerónimo Sanz y Rafael Sánchez y ejecutado por la empresa Hermanos Campano y la empresa local Medina Bahiga. Así mismo, todo el proceso ha llevado asociado un control arqueológico de las obras dirigido por el arqueólogo municipal.
Las obras más significativas de las ejecutadas han consistido en:
• Cosido e inyectado de grietas, algunas de ellas muy graves y que hacían peligrar la estabilidad de la obra. Ha sido la actuación prioritaria, por su importancia, y que ha necesitado la mayor parte del tiempo y presupuesto del proyecto.
• Reposición de morteros perdidos o erosionados.
• Recuperación del terrado medieval, eliminando el tejado y otras estructuras que lo amortizaban.
• Instalación de una nueva escalera de acceso al terrado.
• Reintegración de huecos postmedievales que distorsionaban la obra medieval.
• Reintegración de las bóvedas de ladrillo originales afectadas por desprendimientos o pérdidas.
• Eliminación de enlucidos postmedievales de escaso interés histórico.
• Consolidación y reintegración de los cuatro ajimeces de la planta principal, así como de los arcos de la puerta de entrada original.
• Renovación del sistema eléctrico de la escalera actual.
• Trabajos generales de limpieza y mantenimiento.
Como ya hemos señalado, estos trabajos arquitectónicos han sido acompañados de un control arqueológico de las obras, con unos resultados, en algunos casos, espectaculares:
•Excavación y documentación de parte de la cimentación de la escalera original de acceso al terrado, realizada en ladrillo y con tres arcos de apoyo.
• Localización y restauración del emplazamiento de la inscripción fundacional de la torre.
• Análisis de morteros, con la confirmación del uso de arenas volcánicas.
• Obtención de dataciones radiocarbónicas, que nos permiten proponer la edificación de la torre entre 1246 y 1266.
• Documentación del desmantelamiento del tejado hasta alcanzar el pavimento del terrado medieval, así como la evolución funcional histórica de este espacio de cubierta en el que se llegó a construir un palomar en el siglo XVI.
• Localización y documentación del impacto de varias puntas de flecha en los morteros exteriores originales de la torre, testimonio material del asedio realizado en 1341 por Alfonso XI.
• Localización y documentación de diversas placas de armadura y puntas de flecha en la planta principal de la torre, usada como armería en el siglo XV.
• Seguimiento de todo el proceso de la obra para asegurar la compatibilidad del mismo con una agresión mínima al monumento y documentar cualquier información de interés relacionada con la construcción de la torre o su evolución histórica (incluida la adaptación palaciega realizada en el siglo XVI y el hallazgo de un bello arco gótico conopial decorado).
• Asesoramiento en el proceso de consolidación y restauración de los ajimeces.
Con estos trabajos se ha atendido la urgente necesidad de actuar sobre un elemento fortificado de singular importancia cuya conservación estaba seriamente amenazada. La torre del homenaje era el corazón de su castillo y el último reducto de refugio en caso de asedio.
Fue construida por la Orden militar de Calatrava en el siglo XIII, después de que el rey de Castilla, Fernando III, acordara con el emir de Granada, Muhammad I, la entrega de la ciudad islámica de Priego (madinat Baguh) en 1246.
Se edificó con una altura cercana a los 30 m y una superficie de unos 181 m2. Su interior se distribuye en tres plantas: un aljibe, un almacén o espacio polifuncional y una zona residencial, vivienda del comendador de la orden, esta última embellecida por cuatro ajimeces decorados con arcos dobles de herradura de estilo mudéjar. La puerta original de entrada se sitúa en alto y a ella se accedía por una escalera exterior adosada a la torre.
Durante siglos la torre cumplió su función militar, además de la simbólica, ya que también representaba el poder feudal y en ella, si se daban las circunstancias, se realizaba la ceremonia de pleito homenaje que formalizaba la relación de vasallaje.
Sin embargo, tras la caída de Granada en 1492 y la creación del marquesado de Priego en 1501, la torre entra en un largo periodo de adaptación a nuevos usos (residencia palaciega, palomar, granero y almacén) que terminan agrediendo o desvirtuando la obra primitiva.
Pero el mayor daño será el producido por la naturaleza. Varios terremotos de los siglos XVII, XVIII y XIX abrieron grietas que con el paso del tiempo no hicieron sino situar la torre en un estado precario de conservación, con serio peligro de colapso y desplome de parte de la edificación.
Tras la finalización de las obras, la torre del homenaje del castillo de Priego de Córdoba se ha recuperado como Bien de Interés Cultural consolidado y preparado para afrontar un futuro compartido con la ciudadanía, que debe hacer del monumento una señal de identidad cultural y un lugar de encuentro para muchas y futuras generaciones.