¿Quién no recuerda con nostalgia, con cariño y agradecimiento a las monjitas de San Juan de Dios o a las de la Fundación Arjona Valera de esta Ciudad e incluso a los que alguna vez pasaron por el Hospital de la Cruz Roja de Córdoba, las que allí había?, quienes en uno u otro caso, estaban las veinticuatro horas del día pendientes de nuestras necesidades y siempre con la máxima atención y con la mejor de sus sonrisas.
Ahora, parece ser, que, de nuevo, tendremos que volver a enojarnos ante la triste noticia de la Hijas de la Cariad que regentan la Fundación Mármol de Priego de Córdoba deja esta Ciudad.
La Fundación Mármol situada en la recoleta Plaza del Compás de San Francisco junto a la Iglesia del mismo nombre donde se veneran las imágenes más populares de nuestra Ciudad, las de Jesús en la Columna y la de Jesús Nazareno.
Fue allá por el año 1956 cuando un grupo de religiosas de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl se hacían cargo de la Casa, Fundación Mármol, nombre dado en honor de la familia Mármol que había hecho unas donaciones para la creación y mantenimiento de un hogar para la atención de las personas mayores.
Corrían años difíciles, década de los 50, de hambre, de necesidades, cuando las Hermanas de la Caridad, haciendo alusión a sus nombre y gracias a los bienhechores de la familia Mármol, crearon una fuente de atenciones hacia los más necesitados, proporcionando comida, ropa, cariño, logrando hacer felices a aquellas personas que no conocían nada más que penalidades y que con la llegada de estas hermanas supieron que era la felicidad y el bienestar.
Su buena organización y sus ganas de darse a la Comunidad, con su buen hacer, les hizo crear una serie de talleres de canto, de confección, de bordados, de taquigrafía y mecanografía que hicieron las delicias de muchos de los integrantes de estos talleres.
Son varias las religiosas que a través de los años han pasado por esta Casa. Recordamos a Sor Carmen, Sor Josefa, Sor Lucrecia, Sor Ana María, Sor María Luz, Sor Rosario, etc y a las actuales Sor María, Sor Ana, Sor Angeles y Sor Ursula. Estas Hermanas consagradas a Dios que, desinteresadamente, con todo su cariño se entregaron a esta tarea tan difícil y poco agradecida, pero ellas con toda su alma trajeron y contagiaron amor, de cariño y de sonrisa, haciendo la vida más feliz y más llevadera a cuantos a ellas se acercaban.
En la actualidad nuestras Hermanas se dedican:
-En primer lugar a su principal misión que son los ancianos, con los que han creado un ambiente de familia entre mayores, personal y hermanas.
-Pastoral vicenciana: Asociación de la Mellada Milagrosa y conferencias de San Vicente de Paul.
-Misiones, campañas, proyectos, oraciones y campaña permanente a beneficio de los más pobres.
-Inmigrantes dando acogida y toda clase de ayuda a estas personas tan necesitadas.
-Visitas a domicilio.
-Acogida y ayuda a todo el que la solicita.
-Y lo que el Espíritu les presenta cada día y cada momento.
Pero hace uno días el firmamento de nuestras vidas se sintió ensombrecido y entristecido por unos nubarrones de malas noticias ¿SE LES OBLIGA A LAS RELIGIOSAS A ABANDONAR SU CASA? SI, SE LES OBLIGA.
El pueblo de Priego de Córdoba está consternado y furioso ya que no se había enterado de nada hasta que, en algunos lugares, se dio a conocer la noticia.
Dicen que las hermanas son muy mayores y que por eso se marchan, pero ellas siguen participando en las tareas cotidianas y sobre todo dedicando su sonrisa y su amor a los ancianos a pesar de sus carencias y, al mismo tiempo recibiendo algo de lo que ella dieron, porque si acaso son mayores no tienen derecho a recibir de la Comunidad a la que se entregaron en cuerpo y alma un tanto por ciento de cuidado, de atención y de cariño.
Dos de las religiosas mayores se han marchado llorando desconsoladamente porque su vida iba a cambiar y se preguntaban ¿Cómo es posible que los años que nos queden de vida, uno, dos, cinco, tengamos esta pena de habernos echado de nuestro querido Priego? En Priego teníamos echa nuestra vida y ahora nos trasladan a una Residencia donde nos sentamos en corrillo mirándonos unas a otras pero siempre con la mirada perdida y con el pensamiento lejano de nuestra Casa, en nuestro pueblo y en la Comunidad que habíamos creado a nuestro alrededor.
Desde aquí pedimos al pueblo de Priego y sobre todo a las personas que se sientan identificadas con las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl se unan a la concentración, que, oportunamente se anunciará, en la Plaza del Compás de San Francisco de Priego de Córdoba.
Y desde estas líneas, escritas con el corazón de un ser humano, PEDIMOS A LA DIRECCION DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL QUE RECAPACITEN ANTE ESTA INJUSTICIA, que Jesucristo en el Evangelio dice que “LO QUE HAGAIS A UNO DE ESTOS PEQUEÑOS (HERMANAS ANCIANAS), CONMIGO LO HACEIS”.