El proyecto, desarrollado en tres regiones de la ex república soviética, ha permitido reducir la vulnerabilidad y el impacto de esta enfermedad entre la población
Redacción
Jueves 4 de agosto de 2011 - 12:02

Un total de 567 de personas han sido tratadas de tuberculosis y han recibido un seguimiento domiciliario de sus casos merced al proyecto desarrollado por Cruz Roja Española en Kirguistán, apoyado por el Ayuntamiento de Cabra, para la reducción del impacto que dicha enfermedad tiene en la antigua república soviética.

La intervención, que contó con el respaldo del Consistorio egabrense dentro de su convocatoria de subvenciones para proyectos de cooperación internacional de 2010, se ha llevado a cabo en las regiones de Naryn, Talas y Chui, aunque esta última se incorporó al programa sanitario a partir de marzo de 2011 por los desplazamientos de población causados por la crisis económica que también azota a este país, motivo por el que además se han distribuido 2.160 paquetes alimentarios en el marco de esta iniciativa.
A lo largo de los seis meses que ha durado esta fase de un proyecto más amplio y ambicioso, ha aumentado el número de pacientes que han completado el tratamiento contra la tuberculosis en la fase post-hospitalaria, y también el número de detecciones tempranas entre la población con alto riesgo de contagio.
El objetivo del programa de la institución humanitaria, que fue ejecutado sobre el terreno por voluntariado de la Media Luna Roja de Kirguistán, pasa por reducir la tasa de mortalidad y morbilidad de la tuberculosis en la ex república soviética –uno de los países que tiene menor desarrollo humano y el más pobre de Asia Central-, además de reducir el impacto entre la población de esta enfermedad.
Con esa premisa se han realizado campañas de sensibilización sobre la tuberculosis y su prevención en el entorno familiar inmediato del paciente y entre la población en general, que se han traducido en más de 200 actividades informativas y el reparto de más de 17.000 materiales de sensibilización -entre folletos y marcadores de libros- en espacios públicos, al tiempo que se organizaron charlas y lecturas en colegios, barriadas, estaciones de autobuses, bazares y pequeñas empresas, con las que se logró llegar a un total de 13.390 personas.
Para acercar esa información a sectores mucho más amplios de población, se han puesto en marcha campañas en radios, televisiones y prensa local.
Al realizarse gran parte del seguimiento de los casos en los propios domicilios, el proyecto ha permitido apoyar a los centros ambulatorios, ya que los pacientes han sido identificados y tratados en sus propias comunidades, contribuyendo así a reducir el estigma social y familiar.
Por último, hay que destacar la colaboración de las 110 personas -entre voluntarios/as y ex pacientes de tuberculosis- que han participado de y en los grupos de autoayuda que facilitaron la ingesta de medicamentos y el seguimiento adecuado de la evolución de los pacientes y sus familias.

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