Mi madre me decía hace unos días en la Plaza de la Aldea de las Lagunillas del porqué de tanto esfuerzo, y yo con todo el respeto, le respondía que “por ellos madre, por ellos vale la pena”…
Este es el inicio de un artículo sobre una pequeña reflexión que quiero compartir con las personas que nos han seguido, amigos, conocidos, paisanos o personas que aún sin conocernos nos han brindado una sonrisa. Además, la quiero compartir con los que me quieren, mi familia, mi equipo, mi pareja…y porque no…con aquellos que ni siquieran nos han sonreido, o no se alegran de las victorias de los eternos luchadores de las causas justas, quizá, porque en su hogar no tengan la desgracia de padecer alguna de estas enfermedades.
“Más allá de la heroicidad deportiva, de haber sido de nuevo la primera persona conocida en realizar esta travesía, en este formato, de que nos llamen campeones o ganadores de una carrera a la que ojalá se le agotaran los dorsales, me siento eternamente satisfecho por haber contribuido con la sociedad, no sólo yo, también de todo mi equipo que me ha acompañado y todos los que se han quedado en mi ciudad trabajando por la causa. Saber, sentir, conocer que hemos sido capaces de aportar a este mundo algo más de bondad, cariño y recursos para los que nos necesitan es una gran victoria, es nuestra mayor victoria.
Han sido miles de pedaladas, de metros ascendidos y descendidos que no me ha regalado nadie, pero si han sido impulsados por el cariño de un pueblo, de unas gentes que nos han parado por el camino y de un equipo que nunca me ha dejado sólo, a todos ellos, mi más sincera enhorabuena y mi agradecimiento. Cada metro caminado ha tenido el sentido de la solidaridad para con mis vecinos. La fuerza que me ha llegado al final del camino ha sido la de conocer que lo que hacemos, lo hacemos por los demás, es la verdadera fuerza del ser humano, la máquina que mueve el organismo, es la energía de la voluntad, la del corazón, la de la firmeza y perseverancia…no hay secretos…
Ahora, a pocos días de haber finalizado esta gran gesta deportiva, sólo espero el reconocimiento a los verdaderos protagonistas de esta maravillosa historia deportiva, el reconocimiento a LOS MÁS NECESITADOS, ojalá nuestra suma pueda paliar sus carencias, y de no ser así, tenemos la certeza de que KILÓMETRO SOLIDARIO ha puesto la fórmula perfecta al alcance de cualquier vecino, pero quizá nos han faltado algunos ingredientes de un tarro “difícil de abrir”.
Deseo que nuevas iniciativas, de nuevos jóvenes, de asociaciones, de colectivos empresariales, deportivos, culturales o de cualquier índole, vean en este proyecto deportivo-social la herramienta para mejorar el bienestar de los vecinos de nuestra ciudad, y podamos entre todos, mejorar nuestros colectivos sociales y nuestras diferencias, que lamentablemente aún existen en nuestra ciudad”.
Gracias a todos,
Kiko Lozano