Desde hace veinte años pertenezco al grupo ecologista de Priego y en los veinte años he participado en muchas actividades. Cuando esta actividad era reivindicativa los políticos de turno se molestaban y trataban de minimizar tanto la repercusión de nuestros actos a la vez que justificaban o negaban la agresión al medio ambiente que estaban cometiendo.
Sin embargo cuando la actividad era cultural, deportiva, divulgativa o de concienciación han colaborado y nos han animado a continuar nuestra labor. Aunque muchas veces han tratado de manipularnos o engañarnos nuestro carácter apolítico, nuestra firmeza y el hecho de no tener intereses económicos nos han mantenido íntegros.
Pero después de estos veinte años, y un poco cansado del grupo ecologista porque no hemos sabido captar socios jóvenes y dar el relevo generacional (problema que está ocurriendo en Ecologistas en Acción en toda España), decidí buscar otro proyecto nuevo e ilusionante, sin salirme del grupo ecologista que tan buenos recuerdos y amigos me ha dado. Cómo soy socio de GREENPEACE y recibo su revista, seguí la cumbre del clima en Dinamarca de hace un año y me impactó el acto reivindicativo que a su presidente en España lo llevó a pasar las navidades en la cárcel.
En ese tiempo la presidencia de GREENPEACE debía renovarse y cuando Lopez Uralde salió de la cárcel decidió formar una fundación que tratará de unir los mas de 40 partidos verdes que había por toda España y captar mucha más gente de asociaciones ecologistas, animalistas, naturistas, agricultores ecológicos, movimientos ciudadanos. La fundación se llamaba EQUO y ha conseguido todos sus objetivos constituyéndose como partido político en tiempo record y presentándose a las próximas elecciones generales.
En marzo me integré en este proyecto y los cinco mil simpatizantes que estábamos en ese momento decidimos de forma horizontal y democrática a través de una red llamada equomunidad cada uno de los puntos de la campaña electoral también votamos por provincias el orden en que queríamos que estuvieran los candidatos en las listas al congreso y el senado.
Pero a partir de ahí nos encontramos con varios problemas:
El primero es que la ley electoral injusta se mantiene a pesar de que desde la calle se pide que se cambie para que los ciudadanos que no votamos al bipartidismo estemos representados.
El segundo es que esa misma ley electoral sufre una pequeña modificación, gracias al PP, PSOE; PNV y CiU, por la cual los partidos que no tienen representación en Madrid tenían que obtener en cada provincia un considerable número de avales. Esto se volvió a favor nuestra, porque conseguimos más del doble de avales en casi todas las provincias y nos sirvió para darnos a conocer.
El tercero es que la Junta electoral central considera que no nos presentamos en el 75% del territorio y nos niega los espacios electorales gratuítos. En realidad nos presentamos en el 87% del territorio pero en Valencia nos llamamos Compromis-equo por ir en coalición, lo mismo ocurre en Baleares y Canarias. Sin embargo esto no se aplica al PSOE que en Cataluña es PSC y en Euskadi PSE, ni a IU que en cada comunidad se llama de una forma y también va en coaliciones.
Pero lo más sorprendente es que algunos dirigentes de Izquierda Unida digan que dispersamos el voto de la izquierda, que nuestras propuestas son las mismas que las de ellos y que sólo vamos por intereses personales en esta lista. Esto también es un ataque a la pluralidad de unos daltónicos que confunden el rojo con el verde. Los verdes se presentan en toda Europa en solitario y nuestro país no debe ser menos. Tenemos muy claro que si hacemos bien las cosas los dos partidos subiremos y no nos quitaremos votos uno a otro.