El perfil mayoritario del beneficiario de este servicio es el de un hombre de entre 35 y 49 años al que la adicción a la droga o unas difíciles circunstancias familiares lo abocan a vivir en la calle
Redacción
Lunes 23 de enero de 2012 - 13:12

Más de un millar de personas sin hogar fueron atendidas durante 2011 en Córdoba por la Unidad Móvil de Emergencia Social (UMES) de Cruz Roja, un dispositivo conformado íntegramente por voluntariado que recorre dos noches a la semana las calles de la capital para ofrecer a la población ‘sin  techo’ comida y bebida reparadora, mantas y apoyo humano.

Así, entre los datos más representativos de la labor realizada por dicha unidad a lo largo del pasado año se encuentran más de 10.000 repartos de comida y bebida, la distribución de 209 mantas y 95 sacos de dormir y 70 derivaciones a otros recursos de Cruz Roja o de otros organismos sociales. 
De igual modo, las más de cien personas que colaboraron como voluntarias con la UMES en 2011 prestaron una atención sanitaria básica y primeros auxilios en casos puntuales e hicieron entrega de material preventivo entre ciudadanos que ejercían la prostitución callejera.
Al tiempo, este dispositivo móvil –que cuenta con financiación del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad- ha servido de enlace para intentar, en la medida de lo posible, integrar al colectivo de personas sin hogar en la red de asistencia normalizada, con objeto de promover de este modo su inclusión en la sociedad.
El perfil habitual de la persona que duerme en la calle en Córdoba es, a tenor de la experiencia acumulada durante los dos años que lleva en funcionamiento esta iniciativa, el de un hombre (84% de los casos), español (aproximadamente la mitad, frente al 20% de nacionalidad rumana y el 17% de marroquíes), con una edad comprendida entre los 35 y los 49 años (41%, seguido muy de cerca por la franja 18-34 años, con un 37%).
En cuanto a los motivos que conducen a esta situación, las encuestas pasadas por el voluntariado indican que, en la mayoría de las ocasiones, son los problemas de adicción a las drogas y/o unas circunstancias familiares adversas -normalmente caracterizadas por una ruptura matrimonial y las dificultades para el pago de la posterior pensión a la ex cónyuge- los que abocan a vivir en la calle.
La Unidad Móvil de Emergencia Social, que se realiza en coordinación con la Policía Local, Cáritas y otras entidades públicas y privadas de la localidad (albergues, centros de servicios sociales, asociaciones de inmigrantes…), es una más de las diversas iniciativas puestas en marcha por la institución humanitaria para dar respuesta a las nuevas necesidades y nuevos perfiles de solicitantes de ayuda derivados de la crisis económica.
Pero aunque el grueso de la actividad de Cruz Roja con personas sin hogar se desarrolla en Córdoba –no en vano, la UMES es un proyecto específico de la capital-, la entidad también atiende a este colectivo en distintos puntos de la provincia, como Baena, Lucena, Montilla, Palma del Río, Peñarroya-Pueblonuevo, Pozoblanco, Priego de Córdoba, Puente Genil y Rute, municipios donde se atendió a otros 60 ciudadanos en estas circunstancias, de tal forma que, globalmente, durante 2011 la organización llevó a cabo cerca de 16.000 intervenciones de diversa índole con población sin techo.

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