Viene siendo una costumbre mia escribir algo después de nuestras jornadas, ya de cara a la Navidad.
Este año había decidido no hacerlo. El principal motivo es que en estas fiestas familiares y de alegría por excelencia, podía caer como jarro de agua fría el decir algunas cosas que casi nadie dice y que cada vez somos más quienes las pensamos y muchos más quienes las sentimos y sufrimos.
Así es que no voy a sacar conclusiones de lo que han sido nuestras jornadas ni a hacer ningún análisis de estas. Pero tampoco debo hacer tabla rasa y no resaltar lo que de bueno han tenido y que ha sido mucho.
En primer lugar la asistencia ha superado a la de otras jornadas anteriores y esto es ya un hecho destacable. Las ponencias han tenido un nivel tal que la pena es que no se hayan aprovechado de estos conocimientos muchas más personas y doy las gracias públicamente a los ponentes por su altruismo y desinterés. Agradecer la presencia de las autoridades locales en la actividad. Y agradezco, mucho más, el compromiso adquirido por parte de nuestra alcaldesa de retomar el, ya viejo asunto, del plan local contra la droga, la disposición de la concejala del ramo y personal del área de sacarlo adelante, por que somos muchos los que pensamos que solo buenas cosas ha de traer a este municipio un plan de actuación coordinada y conjunta contra este mal de nuestros días y que tantos estragos hace en los jóvenes y a sus familias. No somos tan ingenuos que pensemos que con un plan de actuación se terminaría con la, siempre indeseable, presencia de las drogas en el municipio. Pero si creemos que una acción conjuntamente coordinada en este sentido, hará que los más débiles y vulnerables, estén mucho mas protegidos y su arsenal defensivo será más sólido y rotundo a la hora de rechazar la invitación al consumo, si antes los hemos sabido formar en la pedagogía del rechazo y del no a las sustancias toxicas, que más pronto que tarde les terminaran ofreciendo. Siendo ahí donde serán pocas cuantas armas defensivas y argumentos sobre el no les hayamos sabido inculcar.
Seria totalmente injusto si terminara el capitulo de agradecimientos sin dar públicamente las gracias a la concejala Paqui Mantas, ya que, sin sus buenos oficios me hubiera sido casi imposible encontrar a quien diera la segunda ponencia; no es fácil encontrar a personas de valía que estén dispuestos a trabajar a cambio de nada y ella me puso en contacto con quien me facilitó el trámite.
Recordar a quienes por circunstancias que provocan las adicciones, están en situación de calle. Otros en prisión o perdidos, nadie sabe donde.
No se pueden imaginar la pena que siento por tantos jóvenes, tirados por ahí, por culpa de la droga. De tantos otros como estas navidades tendrán su primer contacto con ella. Y como tengo presentes (¿como pudiera olvidarlo?) a tantos padres, madres y familiares que estas fiestas verán ese sitio vacío en sus casas y en sus mesas, que no en sus corazones y en su recuerdo. Ellos no van volver por navidad ni nunca, porque la droga se los llevó a destiempo, dejando un vacío que jamás nada ni nadie conseguirá llenar nunca. Esta desgraciada experiencia, son varios los años que la llevo sufriendo y es muy dura.
Me gustaría fundirme, con todos ellos, en un abrazo solidario.
A todos los demás, desearles que sean muy felices y disfruten con los suyos de estas entrañables fiestas.
Y por favor no olvide:
SI VES A UN ADOLESCENTE QUE SE DROGA: AYÚDALO.
SI CONOCES A UN VENDEDOR DE DROGAS: DENÚNCIALO.