Pues al final no ha podido ser.
Resulta que nuestro Ayuntamiento ha entregado todo un edificio público a una federación de asociaciones locales. Y para que una asociación local de carácter social, como es la nuestra contra la droga, pueda tener su sede en el edificio donde todas la tienen, y que repito es de titularidad pública, ha de pertenecer "si o si" a la mencionada federación.

Por supuesto que esta federación es FERAS que con su documento de cesión (o como quiera que se llame), obliga de forma "sine qua non" a ser miembro de la tal federación.
Nada importa que tu asociación esté legalmente constituida y con todos los requisitos al día. Nada; o pasas por el aro o te quedas en la calle. Yo que viví en la pasada época política  anteconstitucional. Estas cosas me recuerdan  aquello de "jurar los Principios Fundamentales del Reino". Resultando que "todo cambia para que todo siga igual".
En esta ocasión -a cada cual lo suyo- he podido contar con los buenos oficios y disposición de la señora presidenta así como de la técnico de la  entidad que abogaron por dar una solución al problema. Pues si yo abandoné FERAS, no fue de forma caprichosa. O me marchaba o me enfrentaría a una situación, a breve plazo, que vaya usted a saber como hubiera terminado. Así que opté por lo menos traumático, que fue ausentarme y dejar que otra persona decidiera sobre lo que yo hubiera tenido que decidir de haber sabido que era lo que decidir debía. Pero como yo ya preveía que habría de salir de FERAS  "como perro que masca limones", fue por lo que antes de salir hicimos, todas las asociaciones que en ese momento formábamos la federación, un escrito pidiendo una sede en el antiguo local de Asuntos Sociales que ya sabíamos quedaría libre por el traslado.
Mi sorpresa ha sido darme de cara con la pared de las normas nuevas y conocedor de que segundas partes nunca fueron buenas, yo pretendía tener opción a mi sede y posteriormente, y con las aguas ya calmadas, plantearme si era conveniente volver al seno de FERAS. Sinceramente creía que ésto era lo mas sensato y normal, ya que la reentrada en un sitio donde no me fue nada bien (y por cierto que a día de hoy nadie me ha explicado nada de los porqués de  mi por qué). De modo que entendía yo que lo mejor era conocer el nuevo terreno y después unirme, ya que tampoco tenía mucho sentido empeñarse en ser un islote en medio del océano asociativo. Pero ésto que, confieso iba con la mejor intención y afán conciliatorio, se ha visto truncado por un empecinamiento administrativo. Tampoco olvide nadie que fuimos de las primeras asociaciones que formaron la federación y yo, erróneamente, llegué a pensar que estas cosillas se tendrían en cuenta. Pero han pesado más otras cosas y otras más, que aunque claras las tengo, no las quiero ni pensar.
No quiero dejar atrás, como si escondiese la cabeza bajo el ala, nada de lo publicado en mis artículos anteriores. Me ratifico en todo lo dicho, dado que cuanto en ellos he relatado no deja de ser la autentica verdad.
Así es que, visto lo visto, no me queda mas remedio que volver, como si de un exilio se tratase, a lo que fue mi antigua sede, de donde espero no me desaloje la fuerza pública.
Debo de aclarar que escribo ésto como presidente en funciones. Pero no es cuestión plantearse siquiera que el nuevo presidente entrante, que no reside en Priego, tenga que recurrir al "peripatetismo aristotélico", quedaría más feo.....
Si que pido que, a ver si fuera posible que en esta nueva etapa, y con nuevo presidente, la sociedad local se acercara un poquito más a esta asociación que nunca tuvo exceso de calor social. Les aseguro que el presidente entrante es persona de muchas cualidades y calidades humanas. Ha sido toxicómano y muestra en su cuerpo las muchas mordidas que la droga le dio. Siempre he sostenido que la droga bocado que da no lo suelta. De verdad que tiene mérito lo que hace, o pretende hacer, que eso depende en gran parte de los apoyos con los que cuente. Desde luego a mi me va a tener de forma incondicional siempre a su lado y a su disposición. Acérquense un poquito a él y denle ese apoyo social que yo tanto he echado en falta. Si bien es cierto que no puedo tener la menor queja de la corrección con la que siempre se ha tratado a la asociación y a este que les escribe. Por lo que les quedo muy agradecido.
Dicho lo anterior, bien es cierto que el tema de lucha contra la droga nunca ha despertado pasiones, ni movido masas, en este pueblo.
Tanto es así que en su día hubo hasta quien llamó a las marchas “minifestaciones” o “paseos".
La verdad es que siempre han sido marchas pacíficas y muy distintas de una manifestación,  o “minifestación”, más bien un paseo, si se quiere.
Me viene al recuerdo una obra del jerezano padre Luis Coloma, que leí hace mucho tiempo; se titulaba "Pequeñeces".
Pues bueno.
Nos vemos.