Hoy, 17 de mayo, día internacional de la Homofobia, Transfobia y Bifobia, es el día para denunciar y expresar el rechazo y/o discriminación de la cual son víctimas las personas que declaramos nuestra preferencia sexual; que discrepa de los gustos que ha impuesto tanto la sociedad como la religión en este sentido.

Como es el caso de los homosexuales, los transexuales, los bisexuales y las lesbianas en todo el mundo.

El simple hecho de amar se convierte, a los ojos de los demás, en odio y deseo de violencia. En muchas ocasiones es un tipo de violencia que no es física. Basta con una mirada, una palabra, un gesto, un susurro…Es suficiente para que sientas que lo de la igualdad y la tolerancia es un derecho por el que todavía deberemos seguir luchando durante mucho tiempo.

Ya no voy a entrar en lo que más terror nos da, la violencia física que hace que cada año muchos de nosotrxs terminemos en las urgencias de un hospital o peor, debajo de esas sábanas isotérmicas dentro de una mortaja.

Al principio, ya hace muchos años, pensaba que era una cosa que la gente mayor, la sociedad, no entendía ( por religión, costumbres, educación…). Pero han ido pasando los años y no decrece ese odio. Si, es cierto, se han hecho muchas campañas, manifestaciones, actos reivindicativos. Pero la realidad sigue siendo la misma o incluso peor. 

Antes, a la gente la podías ver cuchicheando al paso de una pareja del mismo sexo cogida de las manos. Pero ahora sigue siendo peor, porque a ese cuchicheo le siguen los insultos como : Bujarrón!  Maricón! Bollera! Puta!... y lo peor: ENFERMOS, que sois unos ENFERMOS!!!. De ahí a la violencia física hay una distancia muy corta si se dan las circunstancias adecuadas: grupos, hora del día, lugar apartado, alcohol…

Tenemos que ser reivindicativos. Si! Pero no hoy! Cada día! Hoy no reivindicamos el poder ser Homosexuales, Lesbianas, Bi  o Trans. Hoy reivindicamos por nuestra vida. Por nuestros derechos de poder vivir en una sociedad tolerante. Una sociedad con valores; que desde las instituciones gubernamentales, desde las escuelas, institutos, púlpitos, asociaciones y medios de opinión pongan en máximo valor la tolerancia y la convivencia.

Hoy no toca pedir igualdad. Hoy nos toca exigir vida para que mañana podamos seguir luchando por nuestros derechos.