Carmen Aparicio y Ángel Castilla ayer en el Teatro Victoria durante la representación del fragmento de El barberillo de Lavapiés. (Foto: R. Cobo) (Foto: Cedida)

El Festival Internacional de Música, Teatro y Danza echó ayer el telón de su sexagésimo tercera edición con el que, tal vez, haya sido el espectáculo de mayor calidad de los seis programados este año 2010, el montaje en el que la compañía  Producciones Nieves Fernández de Sevilla S.L. rinde un homenaje al que fuera gran director de zarzuela José Tamayo.

Más de medio centenar de profesionales entre músicos de la orquesta, cuerpo de baile, figurantes, coro y primeras voces, que durante algo más de dos horas realizaron un intenso recorrido por alguna de las piezas más celebradas del mal llamado género chico, tales como El barberillo de Lavapiés, Los Diamantes de la Corona, La Revoltosa, La verbena de la Paloma, El cabo primero, La Tempranita, El Puñado de Rosas, Al dorarse las espigas, La calesera, Emigrantes, La boda de Luis Alomso, El dúo de al Africana, La Parranda, La bruja, Las hijas de Zebedeo, y Gigantes y Cabezudos, completada con el conocido Toreador de la ópera Carmen, con la que se abría el segundo acto.
Un montaje en el que, junto a un vistoso vestuario, los números del ballet de la compañía, con las coreografías de Cristina Guadaña, y el siempre pulcro acompañamiento de la orquesta, dirigida por José Antonio Irastorza, responsable al mismo tiempo de la coordinación y dirección general junto a la propia Nieves Fernández de Sevilla, cabe destacar la puesta en escena, una vez más bajo la atenta supervisión de Antonio Ramallo, durante mucho tiempo verdadera mano derecha de José Tamayo en sus famosas antologías.
Apartado especial merece el elenco de primeras voces, encabezadas por una espectacular Carmen Aparicio, soprano de gran prestigio encargada de interpretar alguna de las piezas más destacas del montaje, que estuvo acompañada por las también sopranos Rosa Ruiz, Lucía Rey, Aurora Frías, Asunción Fernández, Hevila Cardeña y Gleisy Lovillo, brillando con luz propia entre las voces masculinas los tenores Ángel Pazos, César de Frutos y Ángel Castilla, así como el barítono Arturo Pastor.
En definitiva, un brillante cierre para esta edición del Festival Internacional de Priego, en el que la calidad de la mayoría de los espectáculos programados, ha sido el gran denominador.

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