Ahora que ha pasado un poco de tiempo, podemos expresarlo mejor. Cuando las cosas pasan sin previo aviso, causan un estado de shock anímico, que implica luego tener que recomponerse. Nuestro querido amigo Alfredo nos dejó sin avisar, fue a mejorar su calidad de vida, para seguir siendo un motor de energía en este mundo, pero no pudo ser…..
Cuando se conoce, por primera vez, a una persona y la visualizas, es una extraña, una desconocida, y cómo algún tiempo después forma parte de tu vida, se hace un hueco en tu mundo, en el que parece que siempre estuvo ahí. Cómo, no formando parte, ni siquiera de tu familia, llega ser una pieza fundamental en tu vida.
Él fue el nexo de unión de muchas personas. Tuvimos el privilegio de conocer a grandes personalidades de todo el mundo, que pasaron por este pueblo de la Subbética.
Hemos tenido la fortuna de que este bonito pueblo lo cautivara.
Lo que nos unió, realmente, fueron nuestras hijas. Han sido doce años intensos, de citas y visitas interesantísimas; siempre nos quiso compartir con todos sus amigos, nos acogió como a hermanos. Así era nuestro amigo Alfredo, se nos ha ido y nos ha dejado huérfanos, andamos como sonámbulos, nuestra mente nos juega malas pasadas y no para de querer hacerle una llamada, una invitación, una consulta, de parecer verlo….., pero esto ya no es posible. Nos quedamos con todo lo que nos enseñó, no lo olvidaremos nunca, su sonrisa, su humildad, su porte, su presencia, sus ganas de ayudar siempre, su positivismo, su internacionalidad, el cariño y el amor que siempre nos demostró…... Seguiremos cultivando todo eso, por un mundo que el hizo un poquito mejor con su gran corazón.
Con Tina y Thalía estaremos siempre, siempre con ellas.
Querido Alfredo, gracias por todo lo que nos aportaste. Ha sido todo un placer, hasta siempre amigo.
(*) Maricarmen Rivera Vilchez y Pepe García Puyuelo