Esta será la séptima reforma del sistema educativo en democracia. Cuando lo que necesitamos es consenso y estabilidad más allá de criterios y cambios partidistas.
Consenso social y político y especialmente con la comunidad educativa, profesionales y familias como actores principales. La educación tiene que ser la garantía de la igualdad de oportunidades y la cohesión, la apuesta para hacer del capital humano el principal activo del país.
Esta crisis económica evidencia los errores del modelo económico que nos ha traído a esta situación. El cambio de modelo es imprescindible y creemos que pasa por una mayor inversión en conocimientos, habilidades, cultura,... de manera accesible y desde la igualdad de oportunidades, empezando por la escuela y a lo largo de la vida.
La reforma que pretende el ministro va en sentido contrario, es una manera de entender la educación más como adoctrinamiento y control, que como instrumento de cohesión y capacitación para el progreso individual y colectivo, además de no reconocer los retos actuales y futuros.
La crisis está siendo también la coartada para aplicar políticas de derechas puras y duras y retroceder en derechos sociales y civiles. Los criterios de esta reforma recuerda más bien a la escuela del tardofranquismo, es una reforma recentralizadora continuando en la línea ideológica del Partido Popular. Una vez más el PP a través del “hooligan” de su ministro de educación saca a pasear el fantasma del nacionalismo para tapar la falta de respuesta a la situación crítica actual, para tapar otras miserias y sus malas políticas, desde la más absoluta irresponsabilidad porque puede provocar más fractura social.
En estos momentos demuestra una clara ofensiva y una incuestionable falta de miras. Los tics del nacionalismo español cuando hace unas semanas se expresaba en el Congreso de los Diputados en términos “de españolizar los niños catalanes” ahora se consuman en el proyecto que acaba de presentar. Por otra parte Wert, asegura que el ahorro en educación y sanidad no es "un capricho" que el Gobierno quiera imponer a las comunidades, sino una cuestión "de supervivencia" de los pilares centrales del estado del bienestar. La masiva ayuda económica pública a la banca despilfarradora ¿cómo lo considerará?
El PP dice que se ve obligado a hacer cosas que no le gustan y que van contra su propio programa. ¿Le gustará la reforma educativa que plantea? En esta cuestión pensamos que no hay dudas: les gusta mucho y son conscientes de que a los más débiles nos llevan a un auténtico fracaso escolar.
El sistema educativo actual es un modelo integrador, de compromiso con las familias y de cohesión social, recordemos las aulas matinales, los comedores escolares, los programas de apoyo educativo, etc. En Andalucía, hasta ahora, ha habido un gran consenso político en la defesa de la escuela pública, todos los niños son tratados de igual forma independientemente de los medios económicos de su familia. Esto no se puede desmontar en dos días.
La sociedad debe estar muy preocupada pues se trata de una estrategia que va mucho más allá, bien estudiada y calculada. El ataque al modelo educativo es una gran irresponsabilidad y debemos exigir que nunca los fines partidistas pongan en peligro la cohesión social y la convivencia.