Cuando el que gobierna demuestra tener poco juicio y un inexistente acierto a la hora de solucionar los problemas, no se merece la confianza del pueblo. Cuando la justicia se convierte en espectáculo y en un alud de recriminaciones entre acusados y acusadores, también pierde toda su credibilidad. Si en medio de todo esto existen intereses político es peor, ya que pasamos del espectáculo a la burla.
Vivimos en unos tiempos convulsos, donde quien recibe las bofetadas es el pueblo y quien se aprovecha de esta situación son los que nos gobiernan, aplicando medidas drásticas al mismo ciudadano que es quien soporta todos los golpes.
Tenemos que soportar que quien ahora nos gobierna ejerce de mero administrador en vez de ejercer de guía para sacar adelante nuestra sociedad. Ahora cuando mas necesitamos de una politica de pacto y entendimiento nos encontramos con la prepotencia del gobernante que santifica sus decisiones como hechos innegociables.
Son momentos en los que es tanto lo que nos jugamos que aquello que debería prevalecer exige grandes dosis de cuidado y atención a los que están siendo excluidos; sentido y sensibilidad, flexibilidad y capacidad para ponerse en el lugar del otro.
Necesitamos gente con juicio, culta, preparada; pero que sean por encima de todo personas leales a la sociedad, que dirijan el poder judicial, económico y político.
El pueblo tiene el derecho de volver a retomar la confianza en esta democracia tan mermada y en los que la tienen que guiar por estos momentos turbulentos. Tenemos que exigir de ellos una transparencia, que compartan las inquietudes de los movimientos sociales y que se hagan paladines de ellos. No queremos políticas ni políticos que atan sus decisiones a una mera calculadora y deja que el país naufrage económica y socialmente,
No necesitamos amigos, conocidos ni gente con el carnet del partido en la boca para dirigirnos, no queremos banqueros sin escrúpulos y no queremos un sistema judicial politizado; porqué si no estamos demostrando tener una democracia de juguete que, al fin y al cabo no nos sirve para nada.
(*) Secretario Política Municipal CEM-PSOE de Priego de Córdoba