El restaurante Río acogía a mediodía de ayer viernes un interesante almuerzo-tertulia con la conocida periodista y escritora Paloma Gómez Borrero.
Escuchar a Gómez Borrero es trasladarse, casi sin quererlo, a la mismísima plaza de San Pedro y asociar su voz y su imagen a una información relacionada con la Santa Sede. No en vano, su corresponsalía durante doce años en Italia y el Vaticano como profesional de TVE, la han convertido en uno de los rostros más populares de la pequeña pantalla siempre que se habla del Papado, ya que desde la muerte de Pablo VI hasta nuestros días ha sido la encargada de informar, para distintos medios, de todo lo que sucedía en el corazón de la Cristiandad.
Una experiencia, cuajada de anécdotas, que los asistentes al acto organizado por la Asociación Amigos de la Lírica de Priego y el restaurante Río, pudieron comprobar de primera mano en un ameno y exquisito almuerzo al que siguió una tertulia con Paloma Gómez, conducida por la periodista prieguense Lucía Ballesteros.
Como era obvio, salieron a relucir algunos de los recuerdos de los 104 viajes que Gómez Borrero realizó junto a Juan Pablo II, o la primera visita que este Pontífice realizó a España, en la que se produjo el recordado episodio de la donación a Karol Wojtyla de la capa de un tuno salmantino que había fallecido varios días antes, o la histórica visita de Gorbachov al Vaticano, y el duro encuentro que Juan Pablo II tuvo con la guerrilla sandinista en Nicaragua, y que Paloma Gómez vivió en primer persona. Muy directa en todas sus intervenciones y con un elegante estilo, la conocida periodista no obvió posicionarse sobre el nuevo aire que el Papa Francisco ha traído desde su nombramiento, reconociendo igualmente que tras el pontificado de Juan Pablo II, “hacía falta un Papa como Benedicto XVI”.