OPINIÓN | Por su nombre
Días de vino y rosas
Lunes 19 de mayo de 2014 - 22:02
No me gustan las ficciones. Pero me guste o no, lo cierto es que estando en campaña electoral, son la únicas fechas que se viven días de vino y rosas. Vino para adormecer nuestras conciencias y rosas para halagarnos y decirnos a boca llena lo importantes que somos y lo valioso que es nuestro voto. Así todos pretenden que los votemos a ellos.
Después de hacerse oficial el recuento de papeletas suele ocurrir lo que Serrat dice en su canción: "La pobre vuelve el portal, la rica vuelve al rosal y el avaro a sus divisas".
Los desempleados, los jóvenes que aún no encontraron su primer trabajo digno, que con treinta y pocos años, han pasado a un limbo donde ya ni existen ni son jóvenes para que los subvencionen ni viejos para jubilarse. Para estos - perdóneseme la expresión- excedentes de cupo, si les dieron vino en la campaña, al volver en sí comprueban que de lo que les prometieron sobre las rosas solo les quedaron las espinas que laceran sus poco curtidas manos.
De lo prometido en campaña ya es que ni se acuerdan al día siguiente. Se cayeron los pétalos de las rosas y ahora toca apechar con las espinas de una ruina nacional que solo hace ir a peor. Veremos, una vez mas, al desafiante Montoro, este hombrecito de los impuestos, que siempre que dice que los baja resulta que lo que hacen es subir; dará otra vuelta de rosca para asfixiarnos un poco más y de paso poner mas inspectores de hacienda para controlar a los parados que cobran el subsidio de desempleo, no sea que alguno con los cuatrocientos euros mensuales (posiblemente el único dinero que esa familia percibe) esté haciendo algún chanchullo. Cuando es de sobra conocido que muchos parlamentarios con casa en Madrid están cobrando las dietas y desplazamientos como si vivieran fuera, que son mas de mil ochocientos euros, y hasta se lee por ahí que los hay que son miembros del gobierno y hacen esto. Pero eso, que debiera formar parte de la entereza moral del individuo, no se controla ni, en su caso, se sanciona: A la "casta ni tocarla"; es al pueblo al que hay que exprimir hasta la última gota. Lo malo es que el pueblo anda ya con la mosca tras la oreja y no se sabe cuando dará el puñetazo en la mesa pero al final no tendrá más remedio que darlo.
Por si el tribunal de Estrasburgo se quedó corto, ahora se cambia la ley de justicia universal y los grandes narcos salen a la calle (los otros, de menor relevancia, se indultan por Pascua Florida). Daba pena y rabia el otro día ver la impotencia de la Guardia Civil con unas lanchas obsoletas, viendo como los narcos pasaban ante ellos con lanchas de gran velocidad que ellos no podían perseguir. Todo esto propiciado por el efecto llamada que la reforma de dicha ley acarrea.
Imagino como se estarán frotando las manos de alegría y satisfacción esos que nadie conoce pero que están ahí moviendo a su antojo los hilos de esta marioneta mundial. Y debajo, el sufrido pueblo como siempre.
Releyendo lo escrito veo que tiene un marcado acento político, no crean que esto me termina de gustar demasiado, la política no es lo mío, pero hemos llegado a un punto donde es la política la que está marcando nuestras vidas de una forma incuestionable. Solo párense a pensar quien maneja los impuestos, quien, dice cuanto han de subir las pensiones , los salarios, la deuda, las leyes, a que velocidad hemos de circular, que es delito o no lo es y todos los etcéteras que se quieran añadir. Es el poder político y financiero los que marcan la marcha de un país como el nuestro. Claro que lo mío es la lucha contra la droga y es precisamente ahí donde los políticos están diciendo más y más alto que nunca lo que se ha de hacer, o no, pero no lo están haciendo de la forma más acertada, ni mucho menos. Tampoco se está invirtiendo en juventud lo que los jóvenes se merecen y las consecuencias de tanto desatino las veremos mas pronto que tarde y lo peor es que cuando las estemos padeciendo, estas no tendrán remedio por que el mal ya se habrá consumado. A los que nos preocupa el tema resulta que si hablamos de política, malo. Si volvemos al sonsonete de la juventud y las drogas, cansamos de tanto repetirnos, pero no es menos cierto que el silencio nos haría cómplices y yo, personalmente, prefiero ser cualquier cosa menos cómplice consciente de la avalancha que se nos avecina.
Díganme a mí que pueden hacer los jóvenes en sus días de esparcimiento y en las horas que se han hecho habituales de ocio nocturno; porque aquí solo hay botellón o discoteca. ¿Qué hacemos con los menores los viernes y sábados por la noche?. Como los padres se pongan muy duros en horarios y disciplinas no faltaría quien los acusara de maltrato psicológico y lindezas por el estilo. Así que yo no se si estamos a tiempo o no de dar solución a esto, pero la verdad es que se nos esta yendo de las manos y así nos esta marchando.
Las cosas que veremos dulcificadas cuando estén las campañas electorales en marcha (y ahora serán varias en poco tiempo), se tornaran en un árido desierto y en cuya travesía pereceremos muchos o terminaremos como la pareja de la película.
Pocas películas hay tan demoledoras como Días de Vino y Rosas.
Pocas películas, por no decir ninguna, han tratado el tema del alcoholismo de la manera que esta película lo hace. Pocas han llegado a reflejar lo destructiva que puede ser una adicción, en este caso el alcoholismo. Ha sido por eso por lo que he escogido su título para darle nombre a esto que he escrito.