Cuando se cierra una historia clínica suele ponerse el motivo. Tristemente, cuando el enfermo fallece se termina poniendo la palabra "Exitus"; otras veces se pone "Exitus letalis", pero es casi lo mismo. Ambas palabras significan que el paciente dejó de existir y ya esa historia pasa a ser definitivamente archivada.
Nuestros prebostes locales han considerado que se debe finiquitar la, siempre incómoda, asociación contra la droga de Priego y aldeas, que será su próximo nombre y para ello han recurrido al nada original procedimiento de "el pez grande se come al pequeño".
Esto ha sido siempre así y si alguien alega ignorancia no hace sino gala de una gran hipocresía, que tampoco tiene mucho sentido a estas alturas de la historia. Pero en honor a la verdad, he de admitir que no se puede negar que le dan hábilmente vueltas al "magín" y donde ponen el ojo, ponen la piedra.
Como ya he dicho en pasadas ocasiones dejo de presidir la asociación y ésta pasará a llamarse "Asociación contra la droga de Priego y aldeas".
Claro que esto requiere una somera explicación para quienes no sepan de qué va la historia.
Sabedores ellos de que solo doblo mi cerviz y rodillas ante el Altísimo (ya que como muy bien me decía mi abuelo "santo que mee en pared, no creas en él"). Aquí los santos brillan por su ausencia. Tampoco llego a entender muy bien el poner tanto empeño en "finiquitar" algo que, al fin y a la postre, caería por si solo. Pero se ve que se le ha de dar el tiro de gracia. Para ello han ideado (aquí, en honor a la verdad, he de decir que con la aquiescencia de todos cuantos asistieron a la reunión y, por supuesto, con nuestro voto en contra) terminar con el asunto de forma definitiva.
De modo que a "Ciudades ante las drogas", entidad que se financia entre la Junta y el Consistorio, le quieren cambiar el nombre y ponerle "Priego y aldeas contra las drogas".
No hay que imaginar mucho para entender que la una terminará fagocitando a la otra (del griego "fago": comer o devorar) o como dicen los gallegos "una pierna tapa a otra". Demasiadas comillas y paréntesis estoy poniendo, pero no lo se hacer de otra forma.
Hubiera costado muy poco dejar las cosas y así la asociación se iría consumiendo por una total y absoluta indiferencia social. Por que si ha existido hasta hoy ha sido principalmente por mi tesón y empeño y asumo toda la parte de culpa que se me quiera colgar y hasta acepto que se diga que no se hubiera podido hacer peor de lo que yo lo he hecho. En mi defensa solo me cabe decir que no se puede dudar de mi desinteresado interés en sacarla adelante. Fácil es comprender que yo no iba a recuperar nada de lo que la droga me arrebató. Pero si pretendía concienciar a jóvenes y familias de los estragos que esta produce.
Que nadie dude de que cuando un joven cae en las garras de la maldita adicción, es la familia entera, la que enferma con él. Tampoco duden de que la droga bocado que da no lo suelta. Conozco a personas que han dejado los consumos; pero no conozco a ninguno al que no le hayan quedado secuelas. Y en muchos casos estas secuelas son muy invalidantes, de ahí mi interés en la prevención. Mas, he de admitir que yo no soy quién para imponerle a una sociedad algo que no le interesa y lo que no han conseguido ni desdenes ni problemas de salud, si lo han conseguido la apatía y el desapego social, la indiferencia puede hacer mas daño que cualquier otra arma. Pero mi "encono" contra la droga es tal, que no dejaré de hacer cuanto esté a mi alcance para luchar contra ésta.
Yo no necesito asociación para hacer lo que hago, y pienso seguir haciendo mientras pueda. Pero me duele, que ya quitado el problema, que pudiera ser yo, se intente segar la hierba bajo los pies a los que tomen el relevo y que de forma tan desinteresada pretenden continuar una labor de concienciación y de pedagogía del no consumo en la que yo fracasé de forma tan estrepitosa. Creo que se merecen una oportunidad de poder realizar su pretendida labor y que no deba correr tanta prisa en poner la palabra EXITUS bajo el nombre de la asociación.
No está tan lejano el 26 de junio, ya veremos quien porta una pancarta que diga NO A LA DROGA, aunque a mi me gustaría verla y tras ella a mucha gente uniéndose al rechazo silencioso de esta lacra que terminará por morder a mas personas de las que se imaginan.
Yo, de forma monolítica, he expresado siempre mi rechazo a la droga, y por tal fin pagué de mi propio bolsillo el hito que expresa esta actitud y que con tanta ilusión y entusiasmo colocamos en el paseo de Colombia y, junto a éste, plantamos el LIQUIDAMBAR, que ese si que pereció.
No soy de hacer ruegos a los humanos, pero en este caso lo hago y de forma bien pública: Por favor respeten el árbol (o a su sustituto) y el monolito que con tanta ilusión colocamos un día entre TODOS.
También pudiera ser que este ruego sea el que haga dictar la sentencia condenatoria contra ellos. Olviden que soy yo quien les ruega y no atenten contra estos símbolos que solo a los malhechores debieran de molestar.