HERMANDADES | Semana Santa
La inestabilidad, protagonista de un Miércoles Santo atípico
La amenaza de lluvia provocó la suspensión del Prendimiento y que el Mayor Dolor retrasa su salida e hiciera un itinerario más corto
Jueves 28 de marzo de 2013 - 12:23
La inestabilidad volvió ayer a ser la protagonista de la Semana Santa prieguense, provocando la suspensión de la representación del Prendimiento y el retraso de media hora en la salida de la hermandad del Mayor Dolor, que optó por realizar un itinerario más corto del habitual.
Ante la amenaza de lluvia, el Escuadrón de Soldados y Chaquetillas Colorás de la Archicofradía de la Columna optó por realizar un itinerario más corto en su tradicional pasacalles para recoger al capitán, responsabilidad que este año ha recaído en Pedro Candil Bergillos. Minutos después de las ocho de la tarde un fuerte chaparrón obligaba a la Archicofradía a adoptar la dolorosa decisión de suspender la representación del Prendimiento.
Más suerte tuvo la hermandad del Mayor Dolor, que tras solicitar una moratoria de media hora para iniciar su salida procesional, apostó por aprovechar la tregua de poco más de tres horas de margen que ofrecían las distintas fuentes consultadas para la llegada de nuevas perturbaciones. Incertidumbre que fue creciendo cuando a las diez de la noche un leve aguacero llenó por completo de paraguas la repleta plaza de San Juan de Dios haciendo temer lo peor. Aún así, la hermandad decidió apurar la media hora solicitada y a las diez y media en punto, el Hermano Mayor, Manuel Ortiz, comunicaba la decisión de realizar la estación de penitencia, acortando considerablemente el recorrido, ya que a la altura de la Plaza de Andalucía, el cortejo tomaría la calle Ribera para regresar a su templo por la Plaza de San Pedro y calle Virgen de la Soledad.
Miércoles Santo por tanto muy especial en el seno de la Hermandad, que este año se encuentra celebrando el 25 aniversario de su fundación, primero por la ausencia precisamente de uno de sus hermanos fundadores y gran impulsor de la misma, Niceto Mateo, que simbólicamente fue recordado con la que fue su vara de mando y dos lazos negros en el frontal del paso de Misterio, que lucía para la ocasión un elegante y sencillo exorno floral a base de iris morados y claveles rojos, mientras que la tonalidad floral predominante en el palio de María Santísima del Mayor Dolor era la blanca.
Otro de los hechos que hicieron especial este Miércoles Santo, en este caso obligados por la decisión de acortar el itinerario, fue el paso del cortejo por la Plaza de San Pedro y la calle Virgen de la Soledad, diez años después de que los titulares de la Hermandad del Mayor Dolor realizaran por última vez este recorrido, aunque en sentido inverso, viviéndose momentos de gran belleza plástica de manera especial en las revirás de ambos pasos por las angostas curvas de la zona, en la que una representación de la cofradía de la Soledad, con su hermano mayor al frente, Juan Manuel de los Ríos, siguieron el paso del cortejo que unos minutos antes de la una y media de la madrugada del ya Jueves Santo regresaba a San Juan de Dios.