HERMANDADES | Semana Santa
La inestabilidad atmosférica, protagonista del Domingo de Ramos
La hermanda de La Pollinica fue sorprendida por un chubasco cuando el cortejo transitaba por la calle Málaga
Lunes 21 de marzo de 2016 - 19:28
La salida de la artística cruz de guía de palma rizada de la hermandad de La Pollinica, volvía a marcar un año más el inicio oficial de la Semana Santa en nuestra localidad, en esta ocasión, aunque al menos en lo que serán sus primeras jornadas, marcada de manera ineludible por la climatología.
Aunque las previsiones pronosticaban chubascos a la hora de la salida de La Pollinica, la mañana invitaba al optimismo, al menos en sus primeros momentos, aunque a medida que transcurría el día y máxime con las noticias que llegaban de localidades de la provincia de Sevilla, se temía lo peor, como finalmente así ocurría.
Previamente, a las doce en punto y tras el pasacalles de las tres bandas que tomaron parte en el desfile, se abrían las puertas de San Pedro para dar un mayor número de pequeños cofrades ataviados a la usanza hebrea, formando parte un reducido número del primer tramo del desfile acompañando a Ntro. Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén, cuyo trono lucía un vistoso exorno floral, compuesto por un friso a base de claveles sangre de toro y unos artísticos remates en los jarrones de las cuatro esquinas y el centro de los costeros.
Por su parte, María Santísima de la Encarnación volvía a lucir su elegante belleza en la mañana del Domingo de Ramos, que poco a poco se fue tornando gris, hasta que unos minutos después de las dos de la tarde y cuando el cortejo se encontraba en la calle Málaga, comenzaron a caer unas primeras gotas de lluvia, que se intensificaron por la calle Río, lo que hizo que ambos pasos incrementaran su ritmo hasta llegar a San Pedro, donde se vivió uno de los momentos más esperados de la presente Semana Santa, el estreno, en la calle de la marcha Dios de salve, Encarnación, compuesta por Juan Luis Expósito e interpretada por la Banda Sinfónica Soledad Coronada, que acompañó un año más a la titular de La Pollinica en su desfile procesional.
Tras este primer sobresalto y las previsiones manteniendo más chubascos para la tarde-noche, a medida que se acercaba la hora de salida de la hermandad de La Paz, los negros nubarrones que teñían de gris el cielo se fueron alejando, para tranquilidad de los hermanos y fieles de la hermandad, cuyos titulares atravesaron el dintel de la iglesia de Ntra. Señora de las Mercedes, arropados por el numeroso el público que asistió en directo a la salida de ambas imágenes.
El ambiente matinal, con numerosos prieguenses y visitantes disfrutando del primero de los desfiles de nuestra Semana Mayor, volvía a repetirse durante la tarde-noche en buena parte del itinerario, aunque desde 2004 y de manera ineludible, un barrio volvía a contar los minutos para que se produjera la deseada llegada de Ntro. Padre Jesús en la Oración en el Huerto y María Santísima de la Paz. Y así fue, porque dio la impresión de que los relojes se pararon cuando la cruz de guía cruzó el Santo Cristo y la comitiva se adentró en Las Caracolas, donde durante algo más de una hora el barrio al completo volvía a convertirse en protagonista de la Semana Santa prieguense.
Una vez cumplido este ritual, el desfile, sobrio en su guión procesional pero con detalles de mucho encanto, entre ellos el exorno del palio a base de rosas de color champagne, continuó hasta la iglesia de las Mercedes, no sin antes dejar bellísimas estampas en las inmediaciones de la ermita de las Angustias.
Faltaban unos minutos para que las manecillas del reloj dieron las doce de la noche del Domingo de Ramos cuando el palio de María Santísma de la Paz cruzaba el dintel del tempo mercedario finalizando de esta manera la primera jornada de la Semana Santa prieguense, con la inestabilidad atmosférica como protagonista de la misma.