CULTURA | Patrimonio
Donan al Museo Histórico Municipal una colección de terracotas romanas de mediados del siglo II d.C.
A partir de mayo serán expuesta al público, iniciándose su restauración e investigación
Jueves 10 de abril de 2014 - 20:28
Considerada como una de las colecciones más importantes de las halladas hasta la fecha en lo que fue Hispania, el Museo Histórico Municipal de Priego ha recibido la donación de una treintena de terracotas de época romana, fechadas a mediados del siglo II después de Cristo.
Las piezas, que aparecieron en 1959 en la Carrera de las Monjas durante la construcción de un edificio, han sido cedidas al museo de la localidad por Manuel Córdoba Pérez, cuya familia se ha encargado de su conservación y custodia desde su fortuita localización hasta nuestros días. Se da la circunstancia de que fue el propio Manuel Córdoba el que, durante una visita a las obras que se estaban realizando en el que sería su domicilio, ubicado curiosamente a escasos metros del actual Museo, observó como unos operarios estaban golpeando con un martillo una vasija metálica con la creencia de que contenía un tesorillo, que luego resultó ser una colección de terracotas, varias de las cuales resultaron dañadas.
Según el arqueólogo municipal de Priego, Rafael Carmona, las terracotas ahora donadas constituyen todo un referente en lo que a la evolución urbana de Priego se refiere, ya que durante muchos años habían sido la única prueba material de este período histórico en la localidad, “prueba definitiva que se pudo argumentar con la excavación de la villa romana, que sabemos ya que había en el centro de la población, frente al Ayuntamiento y que fue excavada en 2007”, apuntaba Carmona.
En este sentido, el arqueólogo añadía que los trabajos realizados desde el año 1989 en el entorno urbano de la Carrera de las Monjas, “han permitido concretar el contexto arqueológico de las terracotas”, adelantando que se trata de un ajuar funerario de una tumba de incineración, datada a mediados del siglo II después de Cristo, y según Carmona, “muy probablemente de una niña o adolescente, que sería la hija, nieta o sobrina de la villa romana excavada frente al Ayuntamiento”.
Es más, el arqueólogo municipal apuntaba que probablemente, en los trabajos que se llevaron a cabo en 2004-2005 durante la rehabilitación de la Carrera de las Monjas, “se localizó la pira funeraria en la que se incineró a esta niña o adolescente”, que se encontraba casualmente frente al lugar en el que en 1959 se produjo el hallazgo.
Igualmente, Rafael Carmona catalogaba la colección como uno de los conjuntos de terracotas, “más significativos e importantes de toda Hispania, por el número de piezas”, existiendo muy pocas referencias sobre la misma en publicaciones especializadas en este tipo de cultura material.
Las piezas que conforman la colección son casi todos bustos femeninos, “con peinados muy curiosos y diferentes relacionados con la aristocracia de mediados del siglo II d.C.”, destacando precisamente por no ser bustos femeninos dos figuras de divinidades, en concreto la diosa Minerva con su casco de triple sinera y un pectoral con la cabeza de Gorgona, y una figurilla de cuerpo completo del dios Baco.
En cuanto a su factura, Carmona ponía de manifiesto que con toda probabilidad las terracotas pudieron ser confeccionadas en un taller de Córdoba capital, “al existir algunos paralelos muy similares, por lo que pensar que son producciones de Córdoba puestos a la venta en mercados locales de algún municipios latino de los alrededores, o bien comprados directamente por familiares de la fallecida en la capital”.
La colección, que se expondrá al público a partir del próximo mes de mayo y que se irá estudiando y restaurando de manera paulatina, está integrada por 32 piezas, de las cuales 16 están completas, contando varias de ellas con la preparación de engobe en blanco que se les daba para su posterior pintado, en concreto con trazos de rojo almagra de forma muy esquemática.