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La figura del conde de Superunda se reivindica en los actos celebrados en su honor con motivo del 250 aniversario de su fallecimiento
Las dos conferencias ofrecidas ponen de relieve la importancia de este político y militar que vivió en Priego los últimos años de su vida
Lunes 16 de enero de 2017 - 20:57
Coincidiendo con el 250 aniversario de su fallecimiento en Priego el 5 de enero de 1767, el Consistorio de nuestra localidad, en colaboración con la cofradía de María Stma. de la Soledad coronada, ha celebrado durante este fin de semana una serie de actos relacionados con José Antonio Manso de Velasco, conde de Superunda.
El programa, que se ha desarrollado casi en su integridad en la iglesia de San Pedro, donde descansan los restos mortales de este militar y político, que entre otros cargos fue virrey del Perú y gobernador de Chile, se ha estructurado en torno a dos conferencias, una exposición de documentos relacionados con su figura, un concierto y la inauguración de la nueva placa de la calle que lleva su nombre, contándose en los mismos con la presencia de sus descendientes, entre ellos el undécimo conde de Superunda, Gabriel María de Gotázar y Giménez de Mina.
En concreto, el sábado, Francisco González de Posada ofrecía la primera ponencia del programa titulada genéricamente •De virrey del Perú a desterrado en Priego: el conde de Superunda”, donde junto a datos biográficos ya conocidos, se daba a conocer las enemistades y roces que surgieron entre Manso de Velasco y algunos altos cargos de la iglesia en los territorios de ultramar, lo que le granjearon no pocas enemistades que fueron determinantes en el juicio que provocó su destierro a Priego.
Posteriormente tenía lugar la colocación de una corona de laurel con las banderas de Perú, Chile y España, junto a la tumba de Manso de Velasco, inaugurándose en la capilla de la Soledad una exposición con documentos relacionados con el conde de Superunda.
La programación continuaba el domingo con una misa en sufragio de José Antonio Manso de Velasco, a la que seguía una conferencia de Candelaria Alférez Molina, en la que ofreció un pormenorizado retrato del Priego en el que vivió los últimos años de su vida Manso de Velasco, una ciudad que había experimentado una gran trasformación tras las epidemias de peste que la asolaron en el siglo XVII y que en la segunda mitad del siglo XVIII vivía una de las etapas más florecientes de su historia.
Posteriormente tenía lugar un concierto de música barroca a cargo de la agrupación Vinari Letari, completándose el programa de actos previstos con la inauguración de la nueva placa de la calle que lleva su nombre.